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Perder el miedo al 8-M

Las multitudinarias manifestaciones que cerraron el 8 de marzo de este año han alegrado a muchos, sorprendido a una parte y llenado de temor –aunque no quieran confesarlo− a quienes ven que la calle se mueve después de mucho tiempo adormecida por una crisis que ha vaciado los bolsillos y las voluntades a partes iguales.

Soy de las primeras.  A pesar del plantón de hora y media que tuve que esperar hasta salir de la Glorieta de Sasera de Zaragoza mientras la cabecera ya había llegado a la plaza del Pilar, aproximadamente dos kilómetros más allá, no me pena haber contribuido “al éxito” de la convocatoria.  En esos noventa minutos en los que estuve rodeada por mujeres de varias generaciones y estratos sociales reclamando igualdad, me vino a la memoria la misma fecha de hace treinta y cinco años.

Entonces con veinticinco abriles era la redactora más joven de EL Dia. Me enviaron a cubrir la manifestación con la certeza, me parece recordar, de que iba a ser una noticia más dentro del periódico del día siguiente.

Pero… aquella manifestación que se preveía poco conflictiva, pacifica − muchas mujeres iban con sus hijos en carritos−se transformó en un caos al llegar al punto en el que un grupo de jóvenes ultras habían colocado una mesa en contra del aborto. Hubo primero un enfrentamiento verbal y después atacaron con porras, puños bates… y mucha fuerza.  Las voces que hasta entonces  pedían “aborto libre y gratuito”, se convirtieron en gritos de horror y miedo.  Balance: entre 12 y 15 heridos –uno de ellos: el atacante más activo, conocido líder del Frente Nacional del Trabajo; y varios detenidos.  11 de ellos se sentaron unos meses después en el banquillo en un juicio de faltas.  Ocho fueron condenados a 20 días de arresto y multa de 7.500 pesetas de 1983.

Traigo todo esto aquí porque en algunos aspectos las dos manifestaciones tienen puntos en común.

La del 83 era en principio una noticia de lo que podríamos llamar carril que se convirtió en portada y trascendió durante muchos días.  Y lo de ayer tuvo unos principios un poco timoratos.  Pocos creían en la movilización masiva de las mujeres. Algunos se dedicaron a desacreditarla con adjetivos gruesos y comparaciones deleznables que han tenido que cambiar conforme iba calando la idea y las propias interesadas tomábamos conciencia de lo importante que era unirnos todas por encima de todo.  Porque lo que reclamamos es de “sentido común”, como le oí decir ayer a una sensata mujer que definía así la igualdad.  Y no solo del nuestro dependen los cambios, sino también del de la otra mitad de la humanidad. Ellos, los hombres,  deberían haber comprendido ya que la vida ha de tener cargas y cargos para todos.

Creo también que en el 83, el aldabonazo violento contribuiría a mover mentalidades. Treinta y cinco años después el aviso silencioso de cientos de miles de personas, la mayor parte mujeres pero también algunos hombres, también, debería obligar a los partidos políticos a mirarnos como ciudadanos, personas que reclamamos una vida mejor, y no solo como granero de votos.

Por eso y porque yo volví a nacer un 8 de marzo de 1988, confieso que deseo que vengan muchos 8M, para que sean aldabonazo, aviso o… lluvia fina que cale poco a poco. Sin temor.

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La Scherezade de la vida real bajo el asedio

Autora: Lina Sergie Attar      |      Traducción: Elena Cal
Publicado originalmente en inglés en: The Syria Campaign
Lina Sergie Attar, escritora y CEO de Karam Foundation, escribe sobre Nivin Hotary, una activista de Ghouta Oriental.

En Ghouta Oriental, desde un refugio subterráneo improvisado al que llama “la prisión”, Nivin Hotary escribe un diario en Facebook. Pasa allí los días y las noches con sus vecinos y sus hijos. Se esconden de las bombas que han estado cayendo a su alrededor desde hace semanas. Escribe sobre el sufrimiento de la gente. Escribe sobre los muertos. Graba escenas de vida y supervivencia. Cuenta historias sobre los niños en el refugio que han crecido bajo asedio. Un niño de 4 años en particular capta su atención y, por lo tanto, también capta la nuestra. Un día, harto de esconderse, el niño empaca su bolso de la escuela con sus únicas pertenencias, un lápiz roto y algunos papeles, y le anuncia al grupo de mujeres “Me voy”. Le preguntan, “¿Adónde vas?” A lo que responde: “A que me desplacen de nuevo”. Otro día, cuando los aviones de combate que nos sobrevuelan dejan de bombardear, la madre del niño lo lleva afuera a tomar el sol y el aire fresco. Vuelve con noticias: “¡Los vi en el cielo! Uno era negro y el otro blanco. Los aviones tienen ojos y nos estaban mirando”. Otras veces, ella les pregunta a los niños sobre sus pensamientos.

Un niño dice: “Si alguna vez vuelvo a casa, nunca más tendré miedo a dormir solo en mi habitación”. El terror a los ataques aéreos, las bombas y la muerte ha redefinido el significado del miedo para todos, incluso para los niños.

Nivin Hotary es nuestra Scherezade de la vida real bajo el asedio, tejiendo testimonios trágicos desde la primera línea del genocidio en Siria. Cada noche, nos conectamos para leer sobre su día. ¿Qué hicieron? ¿Qué noticias dolorosas padecieron? ¿Qué dijo hoy su hija Maya? ¿Qué recuerdos compartieron? Cada día aumenta el recuento de muertes mientras continúa el bombardeo aéreo. Cada día, se tensa la soga del asedio. Cada publicación de Nivin nos vincula a todos en una red de agonía y vergüenza. Sus textos hacen que cada lector sea responsable de absorber historias que no pueden ser ignoradas. Se despide con el número de días que han estado en el sótano: noche 1, noche 7, noche 12, noche… Miles de lectores de todo el mundo revisan su página a diario, no solo para escuchar las noticias del refugio, sino para asegúrese de que hayan sobrevivido. Contamos con ella, noche 17 en el refugio. Noche 18 en la prisión. Noche…

En el mundo “salvador” de la ayuda y el desarrollo, contar historias de personas que viven en la desesperación y la tragedia a menudo se llama, exasperantemente, “dar voz a los sin voz”. Mujeres como Nivin hacen añicos esta narrativa. De hecho, sus relatos inquebrantables dejan vergonzosamente claro que somos nosotros los que nos hemos quedado sin voz para expresar su tragedia.

Vivimos en un momento en que los más vulnerables desafían a la muerte para decir la verdad y las potencias mundiales se han silenciado (literalmente). Desde los refugios subterráneos de Ghouta, enterrados bajo tierra sin aire fresco, sin sol, sin comida, nada más que personas esperando a que las bombas se detengan, esperando regresar a sus hogares, se irradia hacia el mundo más dignidad y poder de lo que podemos imaginar.

Hace unos días, mientras nos estamos acercando al séptimo aniversario de la revolución, Nivin escribió que no hay un día o lugar específico que haya iniciado el levantamiento del pueblo sirio contra el régimen de Assad. Describió la revolución silenciosa que durante décadas ha vivido en cada sirio que experimentó la injusticia y la humillación. (Eso somos todos nosotros). Dice que ahora es nuestra responsabilidad no permitir que la chispa de la revolución se extinga en Ghouta.

Nivin es activista, escritora, madre, superviviente, una luchadora. Su clara voz de la verdad desde el subsuelo desafía el silencio de todo el mundo ante el genocidio. Ella es mi voz. Ella es mis palabras. Ella es mi poder. Por ella y por el precoz niño de 4 años, debemos prometernos mantener la chispa de la revolución viva y candente con nuestras demandas de justicia, dignidad, libertad y paz para Ghouta y para Siria.

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Homenaje a la mujer en los antiguos lavaderos jaqueses

jacetaniaexpress.com
Rebeca Ruiz

Los lavaderos y la fuente de la Bajada de Baños de Jaca volvían a convertirse en escenario del entrañable homenaje que, desde 1995, realiza Chunta Aragonesista con motivo del Día Internacional de la Mujer. Como manda la tradición, la ofrenda de claveles, la lectura de poesía y la reivindicación de la igualdad para la mujer (este año se hacía hincapié en la necesidad de mejorar la educación para conseguir la equidad en todos los ámbitos), sin olvidar el guiño a las mujeres que, durante la guerra y la posguerra, se reunían en este lugar, han protagonizado el acto. El reparto de vino y pastas ha puesto la nota festiva al encuentro, que, como también viene siendo tradicional, ha estado amenizado por los Gaiters de Chaca.

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Manifestación del 8 de Marzo en Zaragoza

Miles de personas se han manifestado esta tarde en Zaragoza con motivo del día 8 de Marzo. La huelga feminista convocada durante 24 horas para este  Día Internacional de la Mujer, tiene como objetivo hacer visibles todas las injusticias y discriminación a la que se ven sometidas las mujeres en su día a día, en todos los sectores y en todos los ámbitos de la sociedad.

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