INTERNACIONAL OPINION POLITICA

La Scherezade de la vida real bajo el asedio

En Ghouta Oriental, desde un refugio subterráneo improvisado al que llama “la prisión”, Nivin Hotary escribe un diario en Facebook. Pasa allí los días y las noches con sus vecinos y sus hijos. Se esconden de las bombas que han estado cayendo a su alrededor desde hace semanas. Escribe sobre el sufrimiento de la gente. Escribe sobre los muertos. Graba escenas de vida y supervivencia.
Autora: Lina Sergie Attar      |      Traducción: Elena Cal
Publicado originalmente en inglés en: The Syria Campaign
Lina Sergie Attar, escritora y CEO de Karam Foundation, escribe sobre Nivin Hotary, una activista de Ghouta Oriental.

En Ghouta Oriental, desde un refugio subterráneo improvisado al que llama “la prisión”, Nivin Hotary escribe un diario en Facebook. Pasa allí los días y las noches con sus vecinos y sus hijos. Se esconden de las bombas que han estado cayendo a su alrededor desde hace semanas. Escribe sobre el sufrimiento de la gente. Escribe sobre los muertos. Graba escenas de vida y supervivencia. Cuenta historias sobre los niños en el refugio que han crecido bajo asedio. Un niño de 4 años en particular capta su atención y, por lo tanto, también capta la nuestra. Un día, harto de esconderse, el niño empaca su bolso de la escuela con sus únicas pertenencias, un lápiz roto y algunos papeles, y le anuncia al grupo de mujeres “Me voy”. Le preguntan, “¿Adónde vas?” A lo que responde: “A que me desplacen de nuevo”. Otro día, cuando los aviones de combate que nos sobrevuelan dejan de bombardear, la madre del niño lo lleva afuera a tomar el sol y el aire fresco. Vuelve con noticias: “¡Los vi en el cielo! Uno era negro y el otro blanco. Los aviones tienen ojos y nos estaban mirando”. Otras veces, ella les pregunta a los niños sobre sus pensamientos.

Un niño dice: “Si alguna vez vuelvo a casa, nunca más tendré miedo a dormir solo en mi habitación”. El terror a los ataques aéreos, las bombas y la muerte ha redefinido el significado del miedo para todos, incluso para los niños.

Nivin Hotary es nuestra Scherezade de la vida real bajo el asedio, tejiendo testimonios trágicos desde la primera línea del genocidio en Siria. Cada noche, nos conectamos para leer sobre su día. ¿Qué hicieron? ¿Qué noticias dolorosas padecieron? ¿Qué dijo hoy su hija Maya? ¿Qué recuerdos compartieron? Cada día aumenta el recuento de muertes mientras continúa el bombardeo aéreo. Cada día, se tensa la soga del asedio. Cada publicación de Nivin nos vincula a todos en una red de agonía y vergüenza. Sus textos hacen que cada lector sea responsable de absorber historias que no pueden ser ignoradas. Se despide con el número de días que han estado en el sótano: noche 1, noche 7, noche 12, noche… Miles de lectores de todo el mundo revisan su página a diario, no solo para escuchar las noticias del refugio, sino para asegúrese de que hayan sobrevivido. Contamos con ella, noche 17 en el refugio. Noche 18 en la prisión. Noche…

En el mundo “salvador” de la ayuda y el desarrollo, contar historias de personas que viven en la desesperación y la tragedia a menudo se llama, exasperantemente, “dar voz a los sin voz”. Mujeres como Nivin hacen añicos esta narrativa. De hecho, sus relatos inquebrantables dejan vergonzosamente claro que somos nosotros los que nos hemos quedado sin voz para expresar su tragedia.

Vivimos en un momento en que los más vulnerables desafían a la muerte para decir la verdad y las potencias mundiales se han silenciado (literalmente). Desde los refugios subterráneos de Ghouta, enterrados bajo tierra sin aire fresco, sin sol, sin comida, nada más que personas esperando a que las bombas se detengan, esperando regresar a sus hogares, se irradia hacia el mundo más dignidad y poder de lo que podemos imaginar.

Hace unos días, mientras nos estamos acercando al séptimo aniversario de la revolución, Nivin escribió que no hay un día o lugar específico que haya iniciado el levantamiento del pueblo sirio contra el régimen de Assad. Describió la revolución silenciosa que durante décadas ha vivido en cada sirio que experimentó la injusticia y la humillación. (Eso somos todos nosotros). Dice que ahora es nuestra responsabilidad no permitir que la chispa de la revolución se extinga en Ghouta.

Nivin es activista, escritora, madre, superviviente, una luchadora. Su clara voz de la verdad desde el subsuelo desafía el silencio de todo el mundo ante el genocidio. Ella es mi voz. Ella es mis palabras. Ella es mi poder. Por ella y por el precoz niño de 4 años, debemos prometernos mantener la chispa de la revolución viva y candente con nuestras demandas de justicia, dignidad, libertad y paz para Ghouta y para Siria.