El portavoz del Grupo Municipal de Ciudadanos en Calatayud, José Hueso, ha presentado una moción para que el Pleno acuerde iniciar los trámites para crear una Comisión Especial para la Conmemoración del ‘IX Centenario de la incorporación de Calatayud al Reino de Aragón en 2020.
El edil de Cs ha recordado al consistorio que en junio de 2020 se cumplirá el noveno centenario de la incorporación de Calatayud y de sus zonas territoriales adyacentes al Reino de Aragón tras la victoria del rey Alfonso I en la Batalla de Cutanda.
“La importancia de ese hecho para nuestra ciudad es incuestionable, por lo tanto, debemos dar la relevancia que merece a la conmemoración de tal efeméride novecientos años después”
Ciudadanos apuesta por crear este órgano porque considera que tal evento debe ser programado con suficiente anticipación bajo la dirección del Ayuntamiento de Calatayud junto a las iniciativas que por parte de algunas asociaciones ya se están poniendo en marcha.
En ese sentido, la formación ha propuesto una programación “que comprenda todo el año 2020 con distintos tipos de actos culturales, artísticos, recreacionistas, exposiciones o ciclos de conferencias publicitados debida y anticipadamente”.
Por ello, José Hueso ha explicado que esta Comisión Especial debe de contar con representantes políticos, con departamentos municipales como Cultura, Museo, Archivos, Turismo etc. y con expertos de asociaciones y colectivos que puedan aportar valor al proyecto. “El objetivo es que este acto se contemple desde el ámbito histórico, cultural, turístico y económico”, ha apuntado.
Finalmente, el portavoz de Cs considera que debería invitarse a participar al Centro de Estudios Bilbilitanos, a la Academia de Logística, a la Iglesia “y a cuantas asociaciones bilbilitanas desarrollen la investigación y estudio sobre aquellos hechos o sobre la sociedad y las diferentes culturas coexistentes en aquellos tiempos”.
Calatayud ya estaba en Marcha
La preocupación política municipal se sube así a un carro que ya estaba en marcha. La Asociación Cultural “Alfonso I el Batallador” de Calatayud es la que organiza y coordina la fiesta de recreación histórica llamada “Las Alfonsadas” con las que la capital del Jalón conmemora su incorporación al reino de Aragón el día de San Juan de 1120. Una fiesta ya declarada de Interés Turístico de Aragón.
La entidad vio con claridad que la conmemoración de los 900 años de este acontecimiento no debía dejarse para última hora y comenzaron a tomar iniciativas en 2016. La incorporación de Las Alfonsadas a la Asociación Nacional de Fiestas y Recreaciones Históricas fue un primer paso que ha permitido conocer cómo entidades similares y más veteranas de diversas ciudades y pueblos del país afrontaron retos semejantes. El pasado año 2017, en la asamblea anual de la Asociación Nacional se propuso que Calatayud fuera la anfitriona de esta asamblea en su convocatoria de 2020 y así se decidió por unanimidad. Los representantes de las 19 celebraciones de recreación histórica más destacadas de España se reunirán en las semanas previas a la celebración bilbilitana.
Desde la primavera de 2017 se ha creado un grupo de trabajo en el que participan miembros de la Asociación Alfonso I el Batallador junto a ciudadanos a título individual y representantes de otras entidades sociales y culturales de Calatayud para diseñar y organizar un programa de actos con los que conmemorar el IX Centenario de la incorporación de Calatayud al Reino de Aragón.
Ya se han cerrado compromisos con autoridades académicas para aportar los contenidos de carácter histórico a lo largo del año. Se están recopilando materiales audiovisuales, se ha confirmado la participación de varias agrupaciones medievales bilbilitanas en la conmemoración de la Batalla de Cutanda que tendrá lugar ese mismo año 2020 y se van sumando algunos otros elementos de manera discreta que podrán llevarse a cabo si se cuenta con el apoyo económico privado y, sobre todo, de las instituciones públicas con competencias en los ámbitos de la Cultura y el Turismo.
En estos días se está produciendo el paso migratorio prenupcial de grullas desde tierras extremeñas hacia los países del norte de Europa, donde crían.
La llamada de la naturaleza, que impulsa a estas aves a volver a sus zonas de reproducción, y una ligera recuperación en los niveles de agua de la laguna de Gallocanta, están haciendo posible que el cielo de la laguna situada entre las provincias de Teruel y Zaragoza vuelva a recobrar la normalidad propia de estas fechas en cuanto a la población de aves, no así en cuanto a la extensión de la lámina de agua.
El 90 % de las grullas que siguen la ruta migratoria occidental pasa habitualmente por la Laguna de Gallocanta, lo cual supone un total de unas 200.000. El paso suele ser escalonado, pero durante toda esta semana el movimiento de idas y venidas está siendo masivo.
Como ejemplo, el censo realizado el pasado jueves día 23, en el que se contabilizaron casi 70.000 grullas. Por la mañana abandonaron la laguna unos 14.000 ejemplares, pero por la tarde llegaron del orden de 55.000. Se espera que durante los próximos días sigan el mismo patrón, hasta completar el total de la migración, rompiendo la tendencia de estos últimos meses dónde la falta de una lámina de agua que garantizase su seguridad había provocado la ausencia en el cielo de las siluetas de esta emblemática especie en el entorno de la Reserva Natural Dirigida de la Laguna de Gallocanta.
La máxima zona inundable se extiende sobre 26,5 kilómetros cuadrados aunque en los últimos años en muy rara ocasión se ha alcanzado la mitad; es más, entre los meses de abril y diciembre de 2017 la laguna ha estado completamente seca, salvo algunas escuetas zonas de encharcamiento muy somero.
Las precipitaciones de febrero han hecho regresar el agua a esta zona endorreica en la que ya es visible una muy pequeña laguna. Lo que parece suficiente para que la biología regrese a sus flujos estacionales de especies migratorias.
Transcribo a Manuel Tuñón de Lara en el balance general de “La batalla de Teruel”, “Cartilla turolense” editada en 1986 por el Instituto de Estudios Turolenses: “Hemos pasado revista, utilizando fuentes de primer orden, a los enfrentamientos militares de los que fueron teatro -y víctimas- las tierras, pueblos y ciudades de Teruel durante la guerra civil española. Sí, en varias ocasiones, pero sobre todo desde diciembre de 1937 hasta febrero de 1938, se estuvo jugando en Teruel el destino de España y, en cierto modo,parte del de Europa.
El nombre de Teruel saltó a la primera plana de los grandes diarios de todos los países y resonó por las ondas de todas las atmósferas. Sin embargo, la mayoría de quienes leían aquello, incluso de los que se apasionaban con la guerra de España, no sabía siquiera donde estaba Teruel, el río Alfambra o el Turia…¡Geografía por ellos ignorada donde se batían los hombres y las máquinas vomitaban hierro y fuego!
Pensamos que Teruel y su pueblo tienen derecho a una recuperación racionalizada de un período tan trágico como éste, pero que en manera alguna se puede eludir. Y no se puede eludir, porque conocer ese pasado, los hechos históricos y sus causas, es la mejor garantía para no caer en la trampa de creer que la guerra puede ser un medio para conseguir un fin propuesto, sea cual sea.
Conozcamos, pues, la guerra que asoló nuestras tierras y conozcámosla con las suficientes precisiones y elementos de racionalización para que nunca se convierta en un cromo, una visión de estampita a utilizar por nadie. El relato que hemos seguido ha sido duro, a veces árido, pero siempre interesante, porque es nuestra historia. Pero es historia que no debe ni puede repetirse jamás”.
Estos días se están cumpliendo los 80 años del final de la denominada batalla de Teruel y del Alfambra que está reclamando un museo abierto a todo el teatro de operaciones, el Museo Memorial por la Paz que está dibujando el Gobierno de Aragón, y una gran película porque fue la única capital de provincia que conquistó el Ejército Popular de la República con el consiguiente efecto propagandístico y de moral.
El Ayuntamiento de Teruel ha abierto la web www.batallate.es en la que ofrece información, documentación histórica, 200 fotografías, además de la señalización detallada de 20 vestigios en la capital y en los barrios rurales, entre otros trincheras, búnqueres, parapetos, nidos de ametralladora, cerros, muelas y mansuetos que formaron parte del despliegue de las operaciones militares.
La batalla de Teruel anticipó en una pequeña ciudad de 13.000 habitantes durante dos meses y diez días, desde el 15 de diciembre de 1937 al 25 de febrero de 2018, el “Stalingrado” previo a la Segunda Guerra Mundial con enfrentamientos casa por casa, destrucción salvaje, frío cortante hasta 25 grados bajo cero, hielo, se calcula que hasta 15.000 congelaciones, y grandes nevadas que evitaron que en Nochevieja una ciudad fantasmal, de la que se habían retirado los defensores del Ejército Popular de la República, volviera a caer en manos de los sublevados, solo 16 días después del comienzo de la ofensiva republicana.
En la batalla de Teruel se visualizó el 7 de enero ante el jefe del Ejército de Levante republicano, el coronel Juan Hernández Saravia, la denigrada rendición del jefe de las guarniciones franquistas, el coronel perseguido por la fatalidad DomingoRey D´Harcourt, que cayó en desgracia ante Franco por no haberse inmolado, y haber inmolado a unos 1.500 civiles en otros alcázares de Toledo, que se habían quedado prácticamente sin agua, alimentos y medicinas. Rey D´Harcourt terminó fusilado junto a varios presos más, entre ellos el obispo Polanco, a pocos kilómetros de la frontera francesa en la desesperada huida republicana.
Esos alcázares de Toledo donde se concentraron los últimos focos de resistencia, pero que no llegaron a entregar sus vidas como hubiera querido el general Franco, fueron, entre otros, el hospital de la Asunción, el Gobierno Civil y, defendido por unidades al mando del coronel Barba, el convento de Santa Clara, anexo al minado y destruido Seminario, donde las imágenes de sótanos improvisados como hospital entre las ruinas me han encogido el corazón porque allí falleció uno de esos días navideños de horror un hermano de mi madre, José Bella, que no pudo superar sus heridas ante la falta de medios sanitarios y al que le debo mi segundo nombre (el primero se lo debo a otro hermano de mi madre que murió en un reconocimiento al explotarle una mina en Alía (Cáceres) ya al final de la guerra civil).
La batalla de Teruel, maniobra de distracción del jefe del estado mayor del Ejército Popular de la República, el general Vicente Rojo, para alejar a las divisiones franquistas de Madrid después de la rápida conquista del Norte, decantó paradójicamente el desenlace de la Guerra Civil española al facilitar el rápido avance del Ejército franquista hacia el Mediterráneo cortando las comunicaciones del Ejército republicano entre Barcelona y Valencia, y despejando el camino para la batalla del Ebro.
La batalla de Teruel, que movilizó a las Brigadas Internacionales, en concreto a la Brigada XV que se desplazó desde Belchite al mando del general Robert Hale, con una unidad fotográfica a cuyo frente estaba Harry Randall, reunió a los más destacados corresponsales de guerra del mundo, como tan detallada y valiosamente ha recogido Vicente Aupí en su libro “Crónicas de fuego y nieve”.
Entre ellos, a Ernest Hemingway, André Friedmann (Robert Capa), el joven fotoperiodista que llegó a Teruel destrozado por la muerte en Brunete de su compañera, la también fotoperiodista Gerda Taro, Herbert Matthews, AndréMalraux, Ilya Ehrenburg, Henry Buckley, Walteer Reuter y Kati Horna, que captó desgarradoras imágenes de la evacuación de la población civil hacia Valencia, Murcia y Alicante.
Desde el bando franquista destaca a Harold Cardozo y Kim Philby, el británico que, acreditado por el “Times”, espiaba para el régimen de Stalin y que llegó a ser distinguido con la medalla al mérito militar por el general Franco en Burgos después de que saliera milagrosamente vivo del bombardeo que en Caudé, la Nochevieja de 1937, mató a dos periodistas estadounidenses y a un británico con los que compartía coche. Philby perteneció al grupo de los denominados “cinco de Cambridge” que espiaron para la Unión Soviética durante la Guerra Fría.
La batalla de Teruel reunió a la elite política, militar y a algún destacado intelectual de la República (Negrín, Indalecio Prieto, “LaPasionaria”, Vicente Rojo, Hernández Saravia, Modesto, Líster, “El Campesino”, Miguel Hernández). Y también del franquismo (los generales Dávila, Aranda, Varela, Yagüe y sus divisiones marroquíes, Rafael García Valiño, el responsable de la División 1 navarra, y el coronel Monasterio que dirigió la última carga de caballería en una guerra en España, con tres mil jinetes atravesando a galope tendido el Campo de Visiedo y del Alfambra para romper las líneas republicanas).
La batalla de Teruel confirmó la superioridad aérea con los temibles “Stukas”, con su lluvia de metralla desde las alas, y la mayor potencia de fuego artillera del ejército franquista, un ensayo previo a la Segunda Guerra Mundial para alemanes e italianos, que rompieron el pacto de no intervención con continuos suministros de Hitler y Mussolini a través de Algeciras y de Portugal ante la parálisis de Francia y el Reino Unido, paralizados por el temor al avance del comunismo, actitud que despejaría el camino al nazismo y al fascismo.
En la batalla de Teruel se vivieron episodios desconocidos hasta hace bien poco como el fusilamiento el 20 de enero de 1938 por insubordinación, sin juicio previo, en el entorno de Rubielos de Mora de 46 miembros de la 84 Brigada Mixta, de las unidades que conquistaron Teruel casa por casa para la República, que se habían amotinado al suprimirles el mando, en este caso el jefe de plaza, el teniente coronel Andrés Nieto, ex alcalde de Mérida, los permisos pactados de una semana forzándoles a volver al frente. Los testimonios, de una enorme fuerza trágica, han sido rescatados por el escritor Pedro Corral en su libro “Si me quieres escribir”.
Son argumentos de peso, 80 años después, para excavar en la historia y recuperar para la memoria presente y futura una devastadora batalla marcada por temperaturas inmisericordes y congelaciones en una pequeña ciudad de Aragón, de la España interior, camino de Valencia, que devolvió a la República, durante unas semanas de una gran intensidad emocional y portadas en los principales periódicos internacionales, la esperanza de que se podía ganar la guerra a un Ejército, el franquista, mucho mejor armado y apoyado internacionalmente. El miedo al comunismo hizo el resto.
Y son argumentos de peso para hacer realidad con rigor histórico un Museo abierto al territorio, a todo el despliegue de operaciones desde Calamocha hasta Barracas, y a tantos protagonistas e historias que sacan lo mejor y lo peor de la condición humana, y también una gran película con proyección internacional que podrían dirigir, por qué no, Alberto Rodríguez,David Trueba, Daniel Calparsoro, y también, soñar es fácil con los ojos cerrados, Jean Jacques Annaud, un artesano francés del cine que realizó “Enemigo a las puertas” sobre Stalingrado, Ken Loach, Oliver Stone, Christopher Nolan o Spielberg a mayor gloria de Hollywood.
Para los que vivimos en países desarrollados, cada acto de nuestra vida está relacionado con el nivel de impuestos con los que estado realiza la redistribución de la riqueza.
El plácido descanso nocturno tras una jornada de trabajo, el despertar por la mañana y abrir el grifo de la ducha, encender el fuego para calentar el desayuno, salir a la calle y llevar a los niños al colegio público o privado en coche o en el transporte público, ir a comprar al supermercado o tienda del barrio, acudir a la consulta del médico por un simple catarro y no digamos cuando la semana termina y el que puede, decide dedicar el fin de semana a cualquiera de las ofertas que se nos presentan en sus mas diferentes formas, conciertos de música, museos, paseos ciudadanos y rurales, actividades deportivas como participante o espectador en un amplio abanico de modalidades y así un largo etcétera. Todo ello, bien sea de carácter público o privado, guarda relación con la capacidad del estado para prestar los servicios directamente o a través de conciertos con empresas privadas. Nuestra seguridad, la salud, las carreteras, el deporte, el ocio… todo transversalmente tiene relación con los impuestos.
Nada de lo que ocurre en nuestra vida se puede realizar sin una política de impuestos en la que los ciudadanos en la medida de su nivel de renta y en base los criterios establecidos por el gobierno de turno debemos contribuir.
Por ello, no se puede entender esa demonización que se realiza del pago de impuestos porque son la sangre que riega la vida de los ciudadanos. Los impuestos se convierten en los vasos comunicantes que llegan a todos los rincones de un país para que este funcione. Sin su existencia justa y equilibrada como se puede comprobar en cientos de rincones del planeta, la arbitrariedad genera estados fallidos donde la vida y convivencia de los ciudadanos es caótica.
Por ser vasos comunicantes, es responsabilidad de los gobiernos establecer las medidas para que los impuestos sirvan como mecanismos de redistribución de la riqueza, sean justos y no se conviertan en una carga para una parte de los ciudadanos que apenas ganan lo justo para vivir. Todo el dinero que desde los gobiernos se ahorra a los grandes grupos económicos o cuando se permite mediante exenciones avaladas por leyes, que quien verdaderamente tiene recursos para soportar los impuestos no contribuya en la medida de su capacidad, se está trasladando a una masa social que soporta impuestos indirectos al límite de su capacidad.
España es muy diversa, su territorio muy extenso y con grandes desequilibrios, pero los todos los ciudadanos tenemos los mismos derechos independientemente del lugar de residencia. No se puede entender que por una aplicación estrictamente economicista de los servicios que presta el estado bien directamente o externalizándolos, se dejen de prestar porque no son rentables. Existe una relación directa entre la forma que utilizan los gobiernos para distribuir las cargas fiscales y la calidad de servicios que presta con lo recaudado. Hace muchos años una campaña institucional nos recordaba que hacienda somos todos. El paso de los años nos está llevando a una realidad que demuestra que esto no es así.
Los ciudadanos de a pie, los empresarios, funcionarios y grandes grupos económicos nacionales o transnacionales no debemos eludir nuestra responsabilidad impositiva pero el estado debe contribuir con sus leyes a que el reparto de las cargas sea justa. España no se puede permitir durante más tiempo las grandes bolsas de fraude que día a día informan nuestros diarios, tampoco se puede permitir la corrupción que anida en las instituciones gobernadas por nuestros representantes que precisamente elegimos para que luchen contra ella. Nuestros partidos políticos (unos más que otros) se han convertido en un club clientelar que ocupa todos los resortes del poder para desde allí extender su influencia y utilizar lo que es de todos en beneficio propio y de los suyos.
Los ciudadanos debemos contribuir responsablemente y con firmeza exigir que todos aquellos derechos que dimanan de nuestra Constitución se cumplan. No valen más escusas.
La presidenta de la Federación Aragonesa de Municipios, Comarcas y Provincias ha exigido al gobierno central que ponga ya medidas sobre la mesa para frenar la despoblación. Entre lo más urgente, una exención fiscal para aquellos que viven y emprender en el medio rural. Con este motivo, resulta útil entender qué se está haciendo desde el ámbito político e institucional con un proceso que se inició en los años del desarrollismo (desde el año 1964 a 1975) y que aún hoy está vaciando de seres humanos el medio rural.
Carmen Sánchez recordó en unas declaraciones a la Cadena SER el pasado 26 de febrero que, “a pesar de que Mariano Rajoy creó una comisión para debatir este asunto, a día de hoy no se ha tomado ninguna medida. El tiempo corre y algunos municipios agonizan”.
«Lo más urgente, ha dicho, es pensar que la gente que vivimos en el medio rural debería tener algún tipo de exención fiscal». Sánchez señala que «siempre se habla de que en el medio rural es muy costoso prestar los servicios, y es cierto, pero también es muy costoso para sus habitantes poder acceder a algunos servicios», como «que tus hijos vayan a la universidad, poder trasladarte para hacerte una radiografía al hospital de referencia» y que «no es lo mismo montar un negocio en una pequeña población de 500 habitantes que en una población de 5.000«, incide.
Remarcó en las mencionadas declaraciones que “es importante emprender campaña de concienciación y sensibilización y, además, no vale ‘café para todos'» ya que «en unas zonas hará falta fomentar un tipo de infraestructuras, en otra fomentar empleo o el turismo; en otra la industria agroalimentaria«.
Carmen Sánchez exige que «se pongan a hacer algo, lo que sea, alguna medida, aunque se equivoquen» porque, además, asegura, «no se está vendiendo como debería el potencial que tiene el medio rural», que es una «tierra de oportunidades, donde hay nichos de empleo, donde hay más servicios que hace 50 años, donde la gente tiene una calidad de vida que no la tiene en las ciudades«. Considera que «hemos hablado durante mucho tiempo de lo que nos faltaba y muy poco de la cantidad de oportunidades que tiene el medio rural«.
Por estudios y documentos no va a ser
El pasado año se presentó un “informe sobre la despoblación en Aragón” realizado por el Centro de Estudios sobre la Despoblación y Desarrollo de Áreas Rurales (CEDDAR) a petición de la institución del Justicia de Aragón. Se han tenido en cuenta los informes demográficos consolidados entre el año 2000 y el 2016. Sus conclusiones fueron de verdadero impacto al detallar negro sobre blanco una impresión con la que se convive en el medio rural aragonés y de la que el ciudadano del medio urbano no parecía tan consciente: mientras que en las ciudades de Zaragoza y Huesca creció la población durante ese periodo, en el resto de Aragón cayó el número de habitantes en cerca de 30.000. Las únicas excepciones a este factor común fueron los territorios de las comarcas de Bajo Cinca, Bajo Aragón/Caspe y Cinca medio.
La preocupación por el paulatino despoblamiento del medio rural no es una exclusiva aragonesa. Otras comunidades autónomas vienen manifestándola desde hace años aunque ninguna na armado un cuerpo de iniciativas de gobierno reunidas en un plan sistemático. Mucho menos una planificación con objetivos, medidas, acciones y presupuestos.
El primer documento técnico en el que el Gobierno de Aragón planteó la despoblación como un asunto de preocupación que afrontar mediante un plan integral se remonta al año 2000. En noviembre de 2014 se reconvirtió (o rebautizó con algunos matices de contenido) en la Estrategia de Ordenación Territorial de Aragón (EOTA). Casi dos año después, en marzo de 2016, se decide equiparar la revisión y actualización de un Plan Integral contra la despoblación del año 2000 a la figura de planeamiento territorial denominada Directriz Especial de política Demográfica y contra la Despoblación porque “las cuestiones demográficas y la distribución de la población en el sistema de asentamientos merced a que resultan cuestiones cuyo diagnóstico, estudio y propuestas exceden su tratamiento demográfico/poblacional y deben enfocarse como políticas de índole territorial y estratégicas para la política autonómica.”
Se ha puesto en marcha un calendario de actividades en varias cabeceras comarcales para recabar información de cada territorio; sesiones celebradas entre los meses de marzo y abril de 2017. Desde entonces se está a expensas de conocer el documento que integre todo lo dicho y debatido del que puedan extraerse un “Plan Integral”.
Debate de Estado
Entre tanto de las proclamas y acuerdos de gobierno de la DGA y de varios otros gobiernos autonómicos el asunto llegó a la preocupación nacional. El Pleno del Senado aprobó en su sesión del el 16 de enero de 2013 “La creación, en el seno de la Comisión de Entidades Locales (….) de una Ponencia de Estudio con arreglo a los siguientes criterios:
1. La Ponencia de Estudio tendrá por objeto el análisis de los factores que han venido provocando el fenómeno de la despoblación rural en España, principalmente en la España interior, de sus causas y consecuencias, y de las medidas que deben adoptar para atajar y revertir este fenómeno.
2. La Ponencia prestará especial atención al problema de la despoblación rural en el marco de la crisis económica que atraviesa nuestro país y a las ventajas que puedan derivarse de la apuesta económica por la recuperación del entorno rural en amplias zonas de nuestro país.”
Esta misma Comisión de Entidades Locales del Senado aprobó el 28 de abril de 2015 por unanimidad la adopción de medidas frente a la despoblación rural. La Comisión acordó impulsar medidas para el asentamiento y el desarrollo poblacional. Tras esta aprobación, fueron debatidas de nuevo en el pleno celebrado el día 10 de junio de aquel año. Aún se está a la espera de que el Gobierno de España adopte medidas de actuación coordinadas e integradas en un plan de acción. Para cualquier curioso conviene la lectura del informe sobre el trabajo de la Comisión Especial y, sobre todo, las conclusiones de su trabajo publicados en el Boletín Oficial de las Cortes Generales número 505.
Acuerdos en el cajón
Por la citada comisión especial de la Cámara Alta pasaron expertos, representantes de instituciones, organizaciones empresariales, asociaciones y vecinos del mundo rural. Todos ellos fueron mostrando la realidad que viven los pueblos más pequeños de las quince provincias españolas que están afectadas por el problema de la despoblación. Para hacer frente a esta «lacra social», la Comisión aprobó impulsar nada menos que 50 medidas, seguidas de una relación de 35 propuestas que, al parecer, constituyen la encomienda concreta al Gobierno de España para configurar la mencionada Política de Estado sobre despoblación.
Todas estas medidas, como ocurre con los diez mandamientos, se resumieron en… ¡ocho ámbitos! A saber:
1. ORDENACIÓN DEL TERRITORIO
— Tener en cuenta en las políticas de ordenación del territorio las necesidades concretas de las gentes y los territorios de montaña.
— Desarrollar dichas políticas de ordenación, compatibilizándolas con la protección integral del paisaje, con la creación de empleo y la prestación de servicios públicos de calidad.
2. COMUNICACIONES
— Estrategia para la mejora de las infraestructuras y de las comunicaciones, con la introducción selectiva de las nuevas tecnologías de la información (telefonía móvil e internet) en todos los territorios de montaña.
3. RECURSOS Y ESPACIOS NATURALES
— Aprovechamiento sostenible de los recursos naturales.
— El agua es un recurso limitado, por lo que es necesario mantener la racionalización de su uso, en beneficio de las poblaciones de montaña.
— Evitar la degradación de los ríos, a través de las inversiones pertinentes.
— Dar prioridad a los espacios naturales, parques nacionales o reservas de la biosfera, a la permanencia de la población, reconociendo el importante valor del paisaje, así como del patrimonio natural y cultural de estos territorios.
4. SERVICIOS PÚBLICOS
— Posibilitar una gestión integrada de servicios públicos que se ajuste a las competencias de las administraciones correspondientes.
— Facilitar el acceso a la vivienda y los programas de rehabilitación.
— Garantizar en las zonas de montaña el mantenimiento de servicios públicos de calidad en ámbitos como la sanidad, la educación y la dependencia.
5. EMPLEO
— Potenciar la competitividad del sector primario, impulsando la ganadería y la agroindustria, así como la promoción de sus productos.
— Potenciar la industrialización de las zonas de Alta Montaña de una manera sostenible.
— Incentivar la gestión forestal de las zonas de montaña, la transformación integral de la madera, así como la prevención de incendios, la limpieza y ordenación del monte, la producción de biomasa, resina, la gestión de la caza y la pesa y de los recursos micológicos.
— Potenciación de la economía y del empleo verde, así como de la ganadería y agricultura ecológicas.
— Primar la potenciación del empleo para la mujer y los jóvenes.
— Fomentar el cooperativismo y las agrupaciones de productores agropecuarios.
— Aplicar a las medidas de la PAC una singular atención a las zonas de montaña.
6. MEDIDAS FISCALES
— Abordar el desarrollo de la vigente fiscalidad, en orden a favorecer el régimen de la población residente en los municipios de montaña, con especial atención a los emprendedores, impulsando entre otros los beneficios en el IRPF, impuesto de sociedades, autónomos, módulos e I+D.
7. MEDIDAS ECONÓMICAS
— Discriminación positiva en políticas sociales y demográficas.
— Dotación económica suficiente para garantizar la aplicación de la Ley de Desarrollo Sostenible del Medio Rural.
— Apostar por las Cooperativas de Crédito y las Sociedades de Capital Riesgo, para impulsar la actividad económica.
— Impulsar proyectos estratégicos generadores de empleo a través de sociedades mixtas de capital público-privado.
— Impulsar empresas de actividades tecnológicas.
— Potenciar la formación, la innovación y el talento, a través de escuelas de negocios, universidades y congresos profesionales.
— Hacer valer el turismo relacionado con el patrimonio natural y cultural de estos territorios.
8. MEDIDAS Y MODELOS DE GESTIÓN
— Desarrollar políticas transversales de dimensión económica, social y medioambiental, teniendo en cuenta, de manera preferente, la concurrencia de la mujer y de los jóvenes.
— Simplificar los trámites administrativos, en orden a favorecer el desarrollo de los territorios de montaña.
— Considerar la actividad de los Grupos de Acción Local para apoyar eficazmente las iniciativas de desarrollo de las zonas de montaña.
— Fomentar la cultura del emprendimiento.
— Impulsar redes de municipios de montaña, con especial atención a la arqueología industrial y al turismo.
— Impulsar fórmulas para captar inversiones para las zonas de montaña.
Tras todo este proceso, el Consejo de Ministros del 28 de enero de 2017 nombró a la senadora Edelmira Barreira Diz comisionada del Gobierno ante el reto demográfico, consecuencia de “un paulatino envejecimiento de nuestra población, con bajas tasas de natalidad y con un saldo vegetativo negativo”. Su labor, pactar con las autonomías las políticas a seguir en esta materia.
¿Y la europea?
Desde hace años, el Catedrático de la Universidad de Zaragoza Francisco Burillo defiende que “hay instrumentos en la Unión Europea para dotar financieramente un plan de acción contra la despoblación”. Buena parte del territorio del Sur de la provincia de Zaragoza y casi toda la de Teruel quedarían encuadradas en un territorio que Burillo dio en llamar la “Serranía Celtibérica” que se extiende por varias comunidades que comparten el espacio geográfico del Sistema Ibérico. Con una extensión de 63.098 km2 (doble que Bélgica), tiene censada una población de 487.417 habitantes y una densidad de 7,72 habitantes por km2. De sus 1.263 municipios, 556 tienen menos de 100 habitantes, cuando en el resto de España hay 514. Presenta una situación de despoblación extrema, acentuada desde los años 60, momento en el que los polos de desarrollo se ubicaron en otros territorios, potenciando la emigración. Se la ha bautizado como “la Laponia del Sur”.
Estos datos llevan a Burillo y decenas de entidades sociales, académicas y políticas que se integran en el proyecto de la Serranía Celtibérica a “que, como eurorregión poco poblada, la Unión Europea tenga en cuenta su condición periférica y fronteriza y aplique las medidas legisladas en materia de montaña, ruralidad y despoblación”. El catedrático solicita al Gobierno de Aragón que lidere e inste al resto de las comunidades autónomas incluidas en la Serranía Celtibérica a crear una Agrupación de Regiones de la Serranía Celtibérica. Reclama también que este territorio sea declarado una ITI (Inversión Territorial Integrada) y, como tal, reciba ayudas específicas de Europa que promuevan su desarrollo.
Las “ITI” tienen tratamiento presupuestario especial por parte de la Unión Europea pero es preciso que sea así reclamado desde el Gobierno Nacional (o varios si la zona es compartida por varios) afectado. En España hay cinco en desarrollo: en la zona Atlántica, en Cádiz, en el Mar Menor, en Teruel y en Castilla-La Mancha. Conseguir una más para la Serranía Celtibérica supondría una fuerte y compleja negociación con Europa puesto que se trata de sus presupuestos y de la participación de España en los actuales y futuros fondos de cohesión.