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Carta abierta / En el corazón del Everest

Texto: Blog de Manuel Español Pirena Mágica

Original aquí

Querido Javier Oliver Villuendas: Recuerdo, aunque no sé si lo he imaginado, que hace muchos años, no tantos como los de Maricastaña, me cantaban eso de “quisiera ser tan alto como la luna, ay,ay, ay…como la luna”. Después, cuando todavía estaba en el capacete en los tiempos de balbucear “ajo”, mi padre estaba que se subía por las paredes del Fire; sí, sí, de verdad, yo estaba tomando el biberón. Papá era mi héroe, el único héroe que logró prender en mi por el resto y lo que queda de vida (deseo que sean muchísimos años) un amor inmenso por la montaña y el mundo de la naturaleza.

Hoy mi corazón lo tengo en el Himalaya, concretamente, en ese Everest que enamora. Amigo Javi, estás en plena vivencia en el gigante de la tierra, allá donde el Yeti anda escondido y no se atreve a salir, donde en busca de esa cima y pendiente de superar el espolón Hillary, muchos son los aspirantes y escasos los elegidos. Espero que allí rubriques pronto en la cresta con tu firma de gran montañero, que así lo veo. Mientras, es tan lenta la sensación de espera, que los nervios hacen que se erice la piel. Y no digo nada de tus Cármenes, de Rafael, tu señor padre, y de tus hijos, hermanos… Jo, Javi, que a todos los pelaires nos tienes pendientes de ti.

“¿Pero este hijo mío, por qué se mete en semejante aventura. Me tiene desesperada”, dirá tu señora madre.

Desde aquí prometo solemnemente  que cuando vaya a Biescas este verano, le llevaré dos baberos. Y a tu padre otro tanto. Por mi parte me reservo un paquete de pañuelicos de cara a nuestro encuentro a los pies del Arratiecho, alrededor de la mesa y bancos de la casa paterna, donde tan ricas cervezas y aperitivos hemos tomado alegremente.

¡Qué suerte, amigo, hemos tenido con nuestros padres, tanto tu como yo! También os han transmitido un inmenso amor por la montaña y la naturaleza, así como por una existencia sana y deportiva, consiguiendo que en todas vuestras actividades el número uno esté en vuestras vidas. Cuando estés en esta cima, la más alta del Mundo con sus 8.848 metros de altitud, grites haciendo retumbar al mundo montañero la frase “¡Biescas es vida!”.

Aún te recuerdo cuando aterrizabas en la verde pradera de La Conchada con tu parepente, cuando practicabas el esquí acuático, cuando en Tarifa saltabas sobre las olas del mar tan castigadas por el viento, cuando te lanzabas a las paredes de Santa Elena y te quedabas pegado a ellas como una lapa trepadora. Y si nos referimos a tu gesta francesa cuando al otro lado del Pirineo repasando parte del recorrido del Tour lo hiciste hasta completar la altitud del Everest (Chomolunga en el lenguaje nepalí), no te digo nada. Recuerdo que entonces don Rafael Oliver Ypiens me comentaba: “Este hijo mío no se parará aquí, seguro”. Mira que te conoce bien. Y no falló.

Y ¡que suerte tuviste cuando conociste a Carmen González-Meneses! ¿No decían en la época de Napoleón que tras un gran hombre hay siempre una gran mujer? Pues te diría que admiro más a ella; bueno, a partes iguales para ser más justos y no haya envidietas. Para mi sois dos gigantes equilibrados; que si tus gestas pueden resultar sonadas, la de esta dama en el Kilimanjaro no resulta menor. Eso es la verdad, tu conoces  muy bien. No me lleves la contraria, que aquí no admito réplica.

No me pierdo ni un solo día tus noticias y veo que el sentido del humor no rebla, que hay un Javier pletórico de facultades para muchos años, siempre con un gramo de locura, el necesario para mantener el equilibrio y la ilusión. Haz caso de tu padre, un hombre sabio que siempre ha sabido dar muy buenos consejos, porque como dicen, “ha sido cocinero antes que fraile”

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¿En el siglo XXI o en el XIX?

Miguel A. Gracia Santos

Texto original aquí

 

A través de la prensa, he sido testigo de una nueva manifestación de “Teruel existe”, esta vez en Zaragoza,.  Me permito opinar porque, en otras ocasiones, he sido testigo, e incluso actor, más directo de estos eventos.  Hace más de 20 años, un grupo de pioneros nos vinimos a Bruselas con un autobús, para pedir el “Objetivo 1” de los Fondos europeos para Teruel; de aquella plataforma –que duró unos meses- fui portavoz; después surgió “Teruel existe”, y yo también he estado en Madrid (¿año 2002-2003…?) con las pancartas de “Molinos ¡existe!” o “Rubielos de la Cérida ¡existe!”.  También he estado detrás de más de una pancarta reclamando autovía…Resumiendo, “esto yo ya lo he vivido”, y como ya lo he vivido, dudo que el pasado fin de semana hubiese ido detrás de la pancarta.  ¿Por qué?

Porque, aunque puedo entender el hartazgo sobre algunas de las cuestiones que se plantean (por ejemplo, hospitales o escuelas), creo que, casi terminando la segunda década del siglo XXI, no se puede seguir reivindicado, básicamente, las cosas propias de un modelo de desarrollo del siglo XIX.  Han cambiado muchas cosas, pero la reivindicación no.

Sobre esto he escrito en este blog y en otros medios; he defendido en muchas ocasiones que las infraestructuras viarias no son, hoy en día y para el actual modelo económico, centrales; es más, veo que sirven para drenar recursos muy necesarios para otras cosas.  Por ejemplo, estos días hemos visto que se ha licitado un tramo de autovía El Burgo de Ebro-Fuentes: 75 millones de euros para un tramo de 14 kilómetros que se tarda en recorrer 12 minutos (Google Maps dixit), es decir, más de 5 millones de euros cada kilómetro.  Al mismo tiempo, leo que el Gobierno de Aragón paga un máximo de 43.200 euros al año (120 €/día) para las plazas de dependencia…en una región envejecida, con una necesidad rampante de atenciones geriátricas, ¿cuánta gente podría cuidarse (y generando empleo al mismo tiempo), solo con 1 kilómetro de autovía, , de esa autovía en cuyo tramo de 14 kilómetros nos ahorraremos aproximadamente 1 minuto de tiempo…?

Me llama mucho la atención que haya un acuerdo general sobre esto, que no haya voces discordantes, que cuando se habla de los Presupuestos Generales del Estado sólo se hable de las partidas del Ministerio de Fomento, y que cuando se hable de financiación de las autonomías nadie diga “Vale, deja esos 75 millones de euros para 14 kilómetros de autovía, y ya los aplicaré en dependencia, en fomento de renovables, en educación y formación de todos los grados, en industria 4.0, en agricultura de precisión, en robótica e internet de las cosas…”

Las reivindicaciones de Teruel Existe, aunque legítimas y comprensibles desde un punto de vista ciudadano, adolecen de varias carencias (y lo digo con ánimo constructivo):

1)      Ponen el acento en el papel de la administración pública, pero no en el sector privado: nadie habla sobre el papel de la banca a la hora de drenar ahorro de la provincia para canalizarlo en otros territorios, ni tampoco se habla del papel de Endesa –más allá del tema de la Térmica de Andorra- o de los recursos energéticos renovables o de  los servicios ecosistémicos y cómo se legisla en esta materia, y a favor de quién.

2)      Ponen el acento en “pedir más dinero”, pero no se han planteado, antes que nada, si la despoblación es realmente una cuestión de dinero…Incluso la patronal turolense, en el marco de su lobby SSPA y de su estudio sobre Escocia, pone de relieve el hecho de que la dotación económica con que ha contado Escocia (aparente modelo de éxito, a imitar) ha sido inferior a la de Teruel…Por otra parte, los estudios de la Comisión Europea, sobre los resultados de la política de Cohesión, y el hecho de que España haya recibido ingentes cantidades de fondos (muchos de ellos a territorios Objetivo 1 como Soria o Cuenca…) invitan a pensar que el problema no es “cuánto” dinero, sino “cómo” se gasta, en “qué”, y “quién” toma la decisión: es decir, la gobernanza económica, es decir, democracia avanzada…

3)      Finalmente –last but not least- ponen el acento en un modelo anticuado de desarrollo (hablando claro, carreteras o embalses), en un mundo donde la mercancía actual son los datos, donde las autopistas son la banda ancha o el 5G (y, por cierto, las administraciones parecen seguir jugando al gato y al ratón con este tema), todo lo cual crea mercados hipercompetitivos donde el tener una autovía no es garantía de nada…y si no, que le pregunten a “El Jiloca ya le toca” que sufre toda una serie de problemas a pesar de tener desde hace ya bastantes años la autovía, o a la provincia de Soria atravesada por la autovía Madrid-Zaragoza, y tantos y tantos casos donde la autovía es una catedral en el desierto.

Hoy en día asistimos a una explosión de debates, cátedras, encuentros y movimientos políticos y sociales en torno a la despoblación. Todo ese caldo de cultivo debería permitir “actualizar” la reivindicación (un aggiornamento, parafraseando al papa Juan XXIII), pero no parece que sea así; más bien cada uno “echa la suya”, las administraciones  y sus partidos gobernantes van mirando cada uno a su interés a más corto plazo, y los ciudadanos reproducen -aunque sea de buena fe- clichés y mitos muchas veces ya sobrepasados.

 

 

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Más de 40.000 personas se manifiestan en Zaragoza para visibilizar el abandono que sufre el Baixo Aragón

Texto original

Más de 40.000 personas se han manifestado en Zaragoza para visibilizar el abandono que sufre el Baixo Aragón. Bajo el lema “Aragón se muere por el sur” la Plataforma Teruel Existe ha recorrido las calles de la capital aragonesa para llamar la atención de los graves problemas que sufre este territorio. “Ser pocos no resta derechos” o “sin hospitales, escuelas y carreteras no nos morimos, nos matan” han sido algunas de las frases que se han podido leer en los carteles de esta movilización.

La falta de infraestructuras como carreteras o trenes que conecten este territorio con el resto de Aragón y con el Estado español, de servicios básicos como la sanidad y la educación y el olvido del sector agrícola son algunas de las carencias que, para esta plataforma, hacen inevitable la despoblación.

Por ello, durante la mañana de este 6 de mayo se han podido ver en las calles de Zaragoza decenas de carteles que recuerdan que los pueblos y ciudades del sur de Aragón existen. Asimismo, dentro de la manifestación se podía encontrar un carrito reconvertido en antena que de manera irónica repartía datos para los móviles o aportaba la conexión a Internet que tanto echan de menos en los pueblos. También ha llegado hasta la capital aragonesa el tan ansiado tren que agilizaría tanto el tráfico de personas como de mercancías y uniría los puertos de Bilbo y València.

Para la Plataforma Teruel Existe ambas reivindicaciones resultan fundamentales para frenar la gran consecuencia de tantos años de olvido, la despoblación. Desde 2008 el Baixo Aragón ha perdido más de 10.000 habitantes, unas 3 personas al día en los últimos dos años.

Otra de las reivindicaciones que se ha podido escuchar en el manifiesto es la necesaria inversión en carreteras. Prometidas desde hace años pero nunca ejecutadas. En lo que va de siglo tan solo se han ejecutado 22 kilómetros de carreteras en tierras bajoaragonesas, una carencia que dificulta no solo acceder a este territorio sino también circular por él.

Sin duda, la inversión en carreteras o trenes acercaría el Baixo Aragón al mundo pero, de nada serviría si no se cuidan a los y las habitantes que ya viven en sus ciudades y pueblos. Hacen falta escuelas y hospitales como el de Alcanyiz y Teruel, dos demandas históricas que han sido retrasadas constantemente y que desde que se colocara la primera piedra los progresos son prácticamente inexistentes.

Esta plataforma también ha querido denunciar la última reforma de la Política Agrícola Común (PAC) de 2015, ya que, como explica “dejó a Teruel como una de las provincias que menos ayudas recibe” y perjudicó especialmente a los y las jóvenes que se han ido incorporando a la actividad.

Los y las aragonesas ya han demostrado que “Teruel existe”, ahora el siguiente paso es que importe lo suficiente para que todas estas demandas se materialicen y coloquen el sur de Aragón en el centro del mapa político.

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El despliegue militar contra ETA y el atentado contra dos jóvenes guardias civiles en la montaña navarra

FUENTE: BLOG LA CARRETERA

Análisis y reflexiones de un caminante

Plácido Díez

Reedición de una publicación de hace más de cuatro años en memoria de dos jóvenes guardias civiles que sufrieron un atentado en la montaña navarra ahora que, siete años después del alto el fuego, por fin estamos debatiendo a fondo el final de ETA, la victoria del Estado de Derecho, y reconocemos la inmensa generosidad, resistencia y dignidad de las víctimas (inevitable el recuerdo más cercano de los atentados de San Juan de los Panetes y de la casa cuartel de la avenida de Cataluña, de Sállent de Gállego, y el de Manuel Giménez Abad, con el que colaboré durante un tiempo en el Gobierno de Aragón, que fue un ejemplo de sencillez, humanidad y ejemplaridad en el servicio público y que, aún hoy, me cuesta creer que esté muerto, seguramente porque continúa viviendo a través de sus hijos en los que veo reflejados todos sus valores). El de Manuel Giménez Abad es uno de los más de doscientos casos que aún están esperando la verdad, la justicia y la reparación.

Es mi modesta aportación a la derrota de ETA, debate y memoria pública que ya se tenía que haber promovido en 2011.

 

Eran las dos y media de la noche del domingo 4 de julio de 1982, en puertas de las fiestas de San Fermín. Juan García González y Francisco López García, dos jóvenes guardias civiles de 21 años, salían de la discoteca Irrintzi de Burguete. Llevaban dos meses destinados en el Grupo especial de intervención de montaña, en el cuartel situado en las afueras, junto a un hayedo, camino de la colegiata de Roncesvalles.

Al encender el motor del Ford Fiesta del primero se produjo una explosión en la parte trasera del coche, una tan inesperada como infernal llamarada en medio de la noche. Juan falleció en el acto y Francisco sufrió cinco heridas de metralla en la región dorsolumbar y en el hombro derecho, desgarros y ablación cutánea en el antebrazo y hemitórax derecho, y doble fractura occipital.

Mientras estaban en la discoteca, un comando de ETA había colocado en los bajos del coche dos explosivos, uno junto a las ruedas delanteras y otro, el que estalló, junto a las traseras, con tres kilos de goma dos, tornillos y bornes como metralla, cada uno de ellos.

Fuentes policiales, citadas por la agencia Europa Press, contaron que los dos jóvenes frecuentaban el local porque Juan García era novio de la hija del propietario de Irrintzi.Irrintzi es el grito estridente y prolongado, de un solo aliento, que los pastores hacen resonar en los flancos de las montañas y que los vascos lanzan en señal de alegría.

Las mismas fuentes policiales apuntaron a la agencia de noticias la hipótesis de que algún vecino de Burguete había tenido que informar a ETA sobre las costumbres de estos dos agentes que sólo llevaban tres años en la Guardia Civil y que eran hijos de guardias civiles.

El fallecido era originario de Marchamalo, un pueblo de Guadalajara. Su padre era sargento y comandante del puesto de Abejar (Soria). El herido grave había nacido en Granada y su padre estaba destinado en esa ciudad.

A los funerales, en la iglesia de San Miguel de Pamplona, asistió el director general de Seguridad del Estado, Francisco Laína, que había sido gobernador civil en Zaragoza y presidente del Gobierno en funciones durante el golpe del 23-F cuando todo el Ejecutivo estuvo secuestrado en el Congreso de los Diputados por un grupo de guardias civiles bajo el mando del teniente coronel Tejero el día de la investidura del presidente Leopoldo Calvo Sotelo.

Eran los años de plomo de ETA que durante 1980 había alcanzado su récord de asesinatos, según las distintas fuentes entre 92 y 95 guardias civiles, militares, policías, civiles, a ocho por mes. Una sangría que había puesto al país en una situación límite por el nerviosismo en la Casa Real, en los cuarteles y en la extrema derecha, y por la descomposición de la UCD, circunstancias que forzaron la dimisión del presidente Adolfo Suárez en enero de 1981.

Después del fracasado golpe de estado, siendo ya presidente de Gobierno Leopoldo Calvo Sotelo, y ministro de Defensa Agustín Rodríguez Sahún, un hombre forjado en las organizaciones de las pequeñas y medianas empresas, a alguien se le ocurrió la idea de utilizar al Ejército en la lucha contra ETA.

La directiva de la Junta de Jefes de Estado Mayor (JUJEM) hablaba de desplegar unidades en la frontera hispano-francesa en las provincias de Guipúzcoa y Navarra, distribuidas en cuatro subsectores (Vera de Bidasoa, valle del Baztán, valle del Roncal y Valcarlos), para vigilar la frontera fuera de los pasos autorizados y reforzar los controles en colaboración con la Guardia Civil, y para sustituir a las Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado en los servicios de vigilancia de las instalaciones que se determinaran. En total, en las distintas fases, participaron un general, 106 jefes y oficiales, 168 suboficiales y 2.667 soldados, de unidades navarras, aragonesas (Jaca y Sabiñánigo) y guipuzcoanas (Irún y San Sebastián). También participaron una unidad de helicópteros, dos compañias de operaciones especiales (Coes) y cuatro secciones de la Guardia Civil.

Pudo ser una concesión a las presiones militares pero lo cierto es que, quince meses antes del atentado de Burguete, recién comenzada la primavera de 1981, cinco compañías del Ejército de Tierra, cuatro del regimiento “América 66” con sede en Pamplona y una de operaciones especiales de Burgos, se desplegaron por los 143 kilómetros de frontera de Navarra con Francia, dentro del plan antiterrorista establecido por el mando unificado.

Al frente de la operación estaba el teniente coronel López Montero, que tenía su base operativa en Elizondo, en el valle del Baztán, y que en sus breves declaraciones a los periodistas afirmó que “el Ejército está aquí para impermeabilizar toda esta zona y para impedir que por esta parte de Navarra puedan moverse los terroristas, nosotros vamos a cumplir con los objetivos que se han marcado, y esperamos que se consigan los resultados”.

Uno de aquellos soldados, bueno cabo operador de radio y transmisiones, era el autor de este relato. Pertenecía a una compañía del Batallón de cazadores de montaña “Estella XXI”, a cuyo frente estaba el entonces capitán Alfonso Juez, que acampó en dos tandas de mes y medio cada una de ellas, primero detrás del albergue de peregrinos de la colegiata de Roncesvalles, después, si no me falla la memoria, en un bosque cerca de Burguete y, finalmente, en el alto de Ibañeta, a mil metros de altitud, donde se levantó a finales de los sesenta un monolito a Roland o Roldán, sorprendido y asesinado a finales del siglo VIII en ese valle encajonado y zigzagueante que desemboca en Valcarlos y en el hermoso pueblo medieval francès de Saint Jean de Pied de Port, que vive por y para los peregrinos.

Donde estuvimos acampados en el alto de Ibañeta se enclava ahora un centro de interpretación de migraciones de aves que desde el Centro y Norte de Europa vienen a pasar el invierno a España dibujando en el aire los trazos de la Unión Europea y siguiendo la estela del malogrado sobrino del emperador Carlomagno.

Nuestra misión consistía en organizar puestos de control y hacer patrullas de reconocimiento, o sea marchas diarias de vigilancia, también alguna nocturna hasta la frontera, a través de esa montaña de peregrinos, contrabandistas, restos prehistóricos, búnqueres construídos durante la postguerra por el temor a una invasión, ovejas lanudas, “latxas”, de escalofriantes desniveles y de una generosa naturaleza de prados y hayas.

Una montaña que se quedó para siempre conmigo y que siempre será uno de mis rincones en el mundo, de esos lugares en los que te sientes casa, en paz contigo mismo y con los demás. No puedo olvidarme de la subida al monte Ortzanzurieta, a 1.600 metros de altitud, un observatorio privilegiado de la cordillera pirenaica desde la que contemplábamos la vertiente francesa y también la española, con la Mesa de los Tres Reyes al alcance de la vista. Era una de los recorridos favoritos del capitán Juez, experto montañero, luego himalayista, al que, con la radio a cuestas, acompañaba a todas las partes.

En aquellas marchas, con casco metálico y subfusil en bandolera, a veces bajo una intensa lluvia, no vimos ningún etarra pero sí enviamos al cuartel de la Guardia Civil de Burguete a varios peregrinos extranjeros para comprobar su identificación y también recuerdo que tuvimos que improvisar una camilla para sacar a un compañero que se lesionó seriamente en una pierna atravesando un arroyo.

Fue todo el balance operativo que me viene a la memoria de esa operación, que creo que en sus dos fases se denominó “Iruña” y “Alazán”, y que también contribuyó a extender, a los ojos de los que vivían al otro lado de la frontera de Valcarlos, la imagen de una España militarizada, en estado de excepción. Uno de los ejercicios consistía en desplegarnos alrededor de la carretera, lo más cerca posible de la línea fronteriza.

Esa fue una de las imágenes que trasladamos hacia fuera y también hacia adentro, hacia los pobladores de los valles de Roncesvalles, Aezkoa e Irati, con visible presencia “abertzale”, un despliegue militar que a una parte de los vecinos les hacía sentirse incómodos ante el ir y venir de jeeps, soldados, y suboficiales y oficiales armados, por carreteras, caminos y bares.

Recuerdo también que uno de los mejores momentos del día era el atardecer, antes de cenar, cuando me metía en la tienda de campaña y le escribía una carta-diario a Dolores. Era como arrancar hojas del calendario, era como sentirme periodista, era la conexión con la vida civil y con la posibilidad de encontrar un hueco laboral en “El Día de Aragón” que se estaba gestando y que tanto añoraba en un país convulso sacudido por los terrorismos, por las secuelas del 23-F, por la ley del divorcio, por la colza, por la entrada en la OTAN, que se encaminaba hacia la gran victoria socialista de octubre de 1982.

Después de quince meses en filas, nos licenciaron en enero de 1982. Cogí mi R-5 azul metalizado y volé hacia Zaragoza para disfrutar de la libertad ya fuera de la disciplina militar. Volví alguna vez a Estella, en la falda de Montejurra, con mi familia y con mis amigos a disfrutar del paisaje y de la comida. Ya habían cerrado el viejo cuartel que estaba situado en un alto, aquel cuartel en el que, nunca se me olvidará, un compañero se rompió por dentro en una guardia nocturna y se suicidó.

He vuelto varias veces con la familia y con amigos a Burguete, a Roncesvalles, a Valcarlos, principalmente en otoño, a empaparme de la magia y de la belleza del paisaje, y siempre, siempre, me acuerdo de aquellos dos jóvenes guardias civiles de 21 años, uno asesinado y otro malherido, que pocos meses después de aquel despliegue militar, tan excepcional e impecable como infructuoso, sufrieron allí en ese paisaje exuberante, al lado del Camino de Santiago, el golpe inesperado que el Ejército de recluta obligatoria no pudo neutralizar porque ese no era su cometido y porque los etarras estaban dentro, no fuera de la frontera.

En este episodio poco conocido de la transición, en una democracia todavía con respiración asistida, con el ruido de sables en los cuarteles de fondo, la belleza y el dolor se abrazaron en la montaña navarra, en Burguete, y un grupo de soldados aragoneses, había compañeros de Bello, de La Puebla de Valverde, de Berge…., muchos de la España interior, mezclados con valencianos, catalanes, navarros y vascos, vivimos una experiencia singular, un ensayo de guerra contra el terrorismo, cuando lo nuevo no acababa de emerger y lo viejo se resistía a morir.

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La magistratura española y el Opus Dei: ¿Octopus Dei?

Texto: Antonio G. Movellán (Miembro de Europa Laica)

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La influencia del Opus Dei en la historia política y social en España ha sido muy importante. Lo fue en la dictadura de Franco, lo fue en la transición política y lo ha sido en la monarquía parlamentaria. Además, esa importancia coexistió con una expansión de la secta por medio mundo, particularmente en Europa, Latinoamérica y Norteamérica, pero también en muchos países africanos y asiáticos.

El Opus Dei, donde el 97% de sus miembros son seglares, tuvo, desde el principio, una gran habilidad para infiltrarse en los aparatos de Estado y eso lo compaginó, gradualmente, con la construcción de un imperio de negocios propios; negocios que van desde colegios y residencias, universidades, escuelas de negocios, hospitales, participación influyente en Bancos y entidades financieras, medios de comunicación y últimamente colegios elitistas de enseñanza primaria y secundaria, entre otros sectores. Pero desde el principio, la penetración en el aparato de Estado franquista fue decisiva. Como dijo el fundador de la secta, el cura de personalidad paranoica y megalómana Escrivá de Balaguer, “para qué queremos tener locales propios si tenemos los despachos de los Ministerios del Gobierno”.

La expansión del Opus ha sido espectacular y originariamente se debió a su infiltración en el franquismo. Hay que tener en cuenta que el Opus funciona como una sociedad secreta donde existen diferentes niveles de compromiso con la secta, pero todos, al final, buscan obtener réditos económicos y de poder para la secta. El Opus Dei se introdujo en España, a finales de los 50 y en los 60, en los grandes cuerpos de la Administración pública (inspectores de hacienda, diplomáticos, administradores civiles, abogados de Estado) y también en la justicia y la fiscalía. Penetran desde el mismo momento de la preparación de las oposiciones a esos cuerpos, con jóvenes ya vinculados a la secta, los cuales, una vez incorporados a los cuerpos superiores o la magistratura actúan en sintonía con la secta.

En el franquismo llegaron en el momento justo, ya que se distanciaron del fascismo franquista proponiendo una especie de gobierno tecnocrático autoritario. Tal fue su influencia que el jefe de Gobierno con Franco, asesinado por ETA en un atentado en el año 1973, el general Carrero Blanco, estaba en el ámbito del Opus y una gran parte de sus ministros eran miembros de la secta; ministros que ocuparon puestos en ministerios claves como Obras Públicas o Economía. Organismos como el Centro Superior de Investigaciones Científicas -el organismo clave de la investigación española- estaba absolutamente controlado por el Opus Dei. A finales de los años setenta, el Opus Dei tenía ya un imperio económico en España, estaba muy activo por todo el mundo y comenzaba su ascensión dentro del Vaticano, que culminó en tiempos del Papa Juan Pablo II.

De acuerdo a algunos observadores de la secta, para el Opus la penetración en la judicatura y la fiscalía ha sido algo de una importancia fundamental, sobre todo en los niveles altos y en puestos decisivos (tribunales supremos, audiencias territoriales superiores, tribunal constitucional) y lo ha sido porque lo ha utilizado para, desde la fiscalía, acusar a sus enemigos y desde los tribunales actuar en favor de los negocios de la secta o sus intereses y eliminar a su rivales y enemigos y en todo caso como un elemento más de poder de la secta. En el tardofranquismo, el caso MATESA es paradigmático de lo que decimos. Se trató de un asunto que se utilizó, por un sector del régimen, para parar la gran influencia de la secta en el Gobierno de la época ya que MATESA era una estafa muy vinculada a empresarios, altos funcionarios y ministros del Opus, pero la mayoría de los acusados no llegaron a ser encausados debido a las maniobras del Opus en la fiscalía y en los tribunales de la época.

Ya en la monarquía algunos empresarios miembros del Opus llegaron a denunciar este tipo de prácticas de la secta como fue el empresario Ruiz Mateos del holding RUMASA (más de 100.000 trabajadores), quien, mientras era expropiado por el gobierno socialista, acusó a los dirigentes de la secta en varias ocasiones de ser unos despreciables y de “haberle dejado caer”, reclamándoles, en los tribunales, las donaciones millonarias que había hecho a la secta, reclamaciones que, cómo no, decayeron.

En España, en un recientísimo fallo delTribunal Supremo, más tarde confirmado por el Tribunal Constitucional, se declaró que la financiación pública de los colegios segregados por sexos era plenamente constitucional, cuestión verdaderamente sorprendente, pero el 70% de esos colegios son propiedad del Opus Dei y, qué curioso, ¡el ponente del fallo judicial es un miembro del Opus Dei!

Igualmente, últimamente se han producido multitud de denuncias en contra de las “ofensas a los sentimientos religiosos” (una especie de delito de blasfemia existente en España) y ello es así porque asociaciones y lobbies ultra católicos, algunos vinculados al Opus Dei, tales como Abogados cristianos o Asociación Tomas Moro, denuncian casos ante la fiscalía sobre blasfemias proferidas por artistas o cantautores que, para sorpresa de todos, son tramitadas por los fiscales y en algunos casos con condenas; y ello es posible porque una gran parte de la fiscalía está penetrada por el Opus Dei.

En varias ocasiones el Superior del Estado ha sido miembro del Opus Dei como fue el caso de Jesús Cardenal o el caso de Torres-Dulce. Pero se sospecha que hay Salas del Tribunal Supremo controladas por miembros de la secta como la Sala delo Penal, lo que, en opinión de muchos, ha sido clave para entorpecer procedimientos de la corrupción del Partido Popular en España, ya que este partido es de los más infiltrados por la secta.

El fiscal Maza, muerto recientemente, realizó una gran limpia en las fiscalías, en su momento muy criticada por las asociaciones progresistas de fiscales, colocando en algunas fiscalías claves que afectaban a los procedimientos de corrupción política del PP, a miembros del Opus.

En el gobierno de Aznar muchos ministros eran de la secta y en la actualidad algunos ministros clave también lo son, como por ejemplo el ministro de Economía, el Sr Guindos que en la actualidad es vicepresidente del Banco Europeo. También al ministro de Educación y Cultura, al ministro de Hacienda, a la ministra de Trabajo o a la que fuera ministra de Sanidad y Asuntos Sociales, Ana Mato, se les ha situado en el ámbito del Opus Dei. Curiosamente en el ministerio de Defensa suele haber personas vinculadas públicamente al Opus como fue el caso de Trillo y/o Morenés. También era del Opus Dei el ministro de Interior con Rajoy, Fernández Diaz, que fue el que impuso la medalla de oro de la policía a la Virgen del Amor, que la asociación Europa Laica recurrió ante los tribunales, recurso que fue rechazado tanto en el Tribunal Supremo como en el Tribunal constitucional.

El secretario general de la formación política de Izquierda Unida, Alberto Garzón, al referirse a esta situación de la judicatura en España, declaró: “el ser culpable depende del hecho de que el tribunal esté formado por miembros del Opus Dei o por gente del siglo XXI”.

Muchos han opinado que los dos casos más sonados de corrupción del Partido Popular, el caso Naseiro y el caso Gurtel, han sido dinamitados desde la magistratura y fiscalía por los sectores afines al Opus y que la expulsión de la carrera judicial del que fuera reputado juez Baltasar Garzón se ha vinculado a la persecución contra él por miembros de la judicatura del Opus. Los problemas de este juez estrella comenzaron cuando quiso investigar a fondo la corrupción del partido en el Gobierno y lo mismo ha ocurrido con el juez Elpidio Silva, también expulsado de la carrera judicial por combatir la corrupción del PP; como ha declarado este juez expulsado de la carrera judicial, “la madre de la corrupción está en el poder judicial" porque la impunidad de la corrupción política se ha producido porque existe una corrupción judicial muy vinculada a miembros del Opus Dei.

Alberto Moncada, sociólogo que en los años 40 fuera miembro destacado del Opus Dei, ha declarado que “si un juez investigase la procedencia de sus bienes (que son desmesurados) y sus declaraciones a la hacienda pública, habría para procesar a los principales responsables de esta secta. Pero esto no se hace en España, y me parece una buena pregunta el por qué de esta vergonzosa situación”,apuntando claramente también a la judicatura que constituye una especie de escudo de protección ultraconservador. Un caso parecido a los anteriores fue el de la juez de Marbella, Blanca Esther Díez, quien tras investigar un caso en el que había implicados en el mismísimo Consejo General del Poder Judicial y tras varias peripecias, acabó ella misma siendo imputada, condenada e inhabilitada.

Según el juez Santiago Vidal, hoy también expulsado de la carrera judicial, cuando era miembro de la Audiencia Provincial de Barcelona, en el año 2009, declaró que un tercio de los jueces eran miembros del Opus Dei. Para muchos, esta estimación se quedó corta, sobre todo en las instancias judiciales superiores. Al hoy presidente del Tribunal Supremo también se le ha asociado a la secta o aledaños y el anterior presidente Carlos Dívar, inhabilitado por conductas impropias, lo era de forma declarada. La infiltración del Opus Dei en la fiscalía y la magistratura española es fortísima y lo viene siendo desde hace muchísimos años. La principal asociación de jueces, la Asociación Profesional de la Magistratura, ha agrupado a todo el sector conservador de la magistratura y muchos dicen que está controlada por miembros muy activos del Opus Dei.

En la actualidad, una vez que el Papa Juan Pablo le concedió al Opus Dei el estatus jurídico privilegiado dentro de la Iglesia católica de prelatura personal, se estableció que ésta debería abandonar el secretismo; sin embargo el secretismo, la opacidad y el anonimato es lo que impera en la secta, siguiendo los estatutos fundacionales del Opus Dei, redactados en 1950, que en su artículo 191 afirma: "Los miembros numerarios y supernumerarios sepan bien que deberán observar siempre un prudente silencio sobre los nombres de otros asociados y que no deberán revelar nunca a nadie que ellos mismos pertenecen al Opus”.

Hay muchísimos testimonios de ex miembros de la secta sobre la actuación secretista de la misma. El que fuera uno de los primeros miembros del Opus y muy cercano al cura Escrivá de Balaguer, el reputado arquitecto Miguel Fisac, grabó un programa de televisión, poco antes de morir, en el que relató su relación con el Opus y en el que declaró el carácter sectario y criminal de la secta y en el que confesó la presión permanente y psicológicamente criminal para permanecer en el Opus. Estas mismas declaraciones también las había realizado con más contundencia, años atrás, en un programa de La Clave dedicado al Opus.

A finales de los 90 se produjo cierta renovación en la judicatura y ello puso a algunos sectores del centro izquierda alerta sobre lo que podría venir; en un informe del mismismo pleno del Consejo General del Poder Judicial sobre medidas para la reforma de la Justicia, un vocal, el Sr Javier Moscoso, propuso una medida para evitar la penetración de las sectas en la magistratura que fue aprobada por Acuerdo del Pleno del Consejo General del Poder Judicial en sesión de 25 julio 2000: “Los jueces y magistrados, así como los fiscales, mientras se hallen en servicio activo, no podrán pertenecer ni a organizaciones secretas o que funcionen sin transparencia pública, sea cual sea la forma jurídica que adopten, que puedan generar vínculos de disciplina u obediencia ajenos a los mandatos del ordenamiento jurídico constitucional”.

Es evidente que este punto estaba pensado en la influencia del Opus Dei en la magistratura y fiscalía; desgraciadamente, esta influencia en la magistratura se ha reforzado mucho desde el año 2000 y hoy es un elemento esencial para mantener un sistema político totalmente corrupto. Esa influencia es el último parapeto de la impunidad. Es curioso que el Partido Popular confíe todos sus problemas de corrupción al quehacer de la justicia. “Ya veremos lo que dice la justicia”, suele decir el propio Rajoy, es decir, confían en los tribunales y la Fiscalía porque saben que en ese terreno se pueden manejar gracias a sus afines y a los miembros del Opus. Un Rajoy que fue apadrinado por otro miembro del Opus, José Manuel Romay Becaría, que a sus 83 años sigue presidiendo el mas alto organismo consultivo, el Consejo de Estado.

Aunque algunos sostienen que el Opus está en decadencia y que hay desbandada de numerarios y supernumerarios, nunca su influencia y poder económico ha sido tan fuerte; y en esos colegios segregados por sexos, que el Tribunal Constitucional y el Tribunal Supremo han avalado, se está incubando el futuro de la secta y de ahí saldrán, también, muchos de los nuevos jueces y fiscales de España.

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