OPINION

¡ A la mierda !

Llevaba yo un tiempo pensando que Aragón escapaba a las malditas fórmulas que hacen furor en la política nacional. Que aquí no solo estaba funcionando un gobierno autonómico formado por tres partidos de izquierda y uno de centro-derecha, sino que la oposición de centro derecha y derecha se comportaba de manera diferente a como suelen hacerlo sus compañeros del Congreso de los Diputados.
Quizá influido por el hecho de que fuera Luis María Beamonte, actual jefe regional de filas del PP, quien presidía la Diputación Provincial de Zaragoza en julio de 2013, cuando esta corporación, a propuesta de Izquierda Unida, me concedió la medalla de oro de Santa Isabel, veía yo en él a una figura más serena y ecuánime, menos proclive a la demagogia que casados, ayusos, teodoros y gamarras varios. Y así lo expresé entonces en mis palabras de agradecimiento que, por encontrarme yo fuera de España por razones de fuerza mayor, leyó mi sobrina en el salón de plenos de la plaza de España.
Pero esta mañana me he llevado la desagradable sorpresa de escuchar al señor Beamonte interpelando a Lambán sobre si sabía o no y si había colaborado o no en la llegada a Zaragoza y posterior traslado a Logroño del gravemente enfermo Brahim Gali. Lo ha hecho de forma tal que el líder saharaui aparecía como un indeseable delincuente.
¿Sabía usted, señor Beamonte, que Brahim Gali fue ciudadano español durante muchos años y que, como tal, disponía de un DNI idéntico al que usted o yo usábamos antes de 1977?
¿Sabía usted, señor Beamonte, que Brahim Gali sirvió en el Ejército español, concretamente en la Agrupación de Tropas Nómadas, y no obligado por el servicio militar, sino como tropa profesional?
¿Sabía usted, señor Beamonte, que Brahim Gali dejó su puesto en el Ejército cuando sus convicciones independentistas le llevaron a participar en la primera movilización de este signo, de carácter nacionalista moderado, que se registró en la colonia española ya en 1970? ¿Y que sufrió prisión por esta y por otras movilizaciones posteriores?
¿Sabía usted, señor Beamonte, que Brahim Gali fue uno de los fundadores del Frente Polisario en 1973? ¿Y que participó en algunas acciones armadas de dicho Frente, pero también en las negociaciones que realizó con el entonces gobernador general del Sáhara, Gómez de Salazar?
¿Sabía usted, señor Beamonte, que las Fuerzas Armadas españolas sufrieron más bajas (muertos y heridos) en 1975 a consecuencia de las minas colocadas en aquel territorio por militares marroquíes que por las acciones armadas del Frente Polisario?
¿Sabía usted, señor Beamonte, que Brahim Gali fue ministro de Defensa del primer gobierno de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), proclamada el 27 de febrero de 1976?
¿Sabía usted, señor Beamonte, que la RASD ha sido reconocida nada menos que por 84 países del mundo? Todos pobres, por cierto, pero algunos tan importantes como India, México o Irán.
¿Sabía usted, señor Beamonte, que Brahim Gali fue el representante del Frente Polisario (no de la RASD porque, para vergüenza nuestra, España no la ha reconocido) en España de 1999 a 2008 y, posteriormente, embajador ante Argelia?
¿Sabía usted, señor Beamonte, que Brahim Gali fue elegido presidente de la RASD, o sea, jefe de estado, el 9 de julio de 2016?
Si no lo sabía, le sugiero que se entere (si quiere, puedo mandarle un ejemplar de mi libro «Regreso al Sáhara», aunque mejor sería que se lo comprase en una librería y así ayudaría al librero y a la editorial, una pequeñísima empresa aragonesa, que me lo ha publicado) y solo después de haberse enterado hable del personaje.
Si lo sabía… Si lo sabía la cosa ya es peor, porque habría actuado usted al más que bajo, rastrero nivel al que lo ha hecho hoy mismo en el Congreso de los Diputados su jefe Casado. A este no le explico nada porque, en evocando la mayor parte de sus intervenciones, especialmente la de hoy, la única respuesta que me viene a la cabeza es la que les espetó nuestro muy querido José Antonio Labordeta a sus conmilitones que intentaban boicotear su intervención: ¡A la mierda!