Layout A (one post)

Informe completo (y demoledor) del Colegio de Geógrafos en Aragón sobre la unión de Astún y Formigal por Canal Roya

Fuente: Colegio de Geógrafos en Aragón

 

Pronunciamiento del Colegio de Geógrafos en Aragón sobre el Proyecto de Interés General de Aragón “Unión de los Valles de Tena y del Aragón a través de las Estaciones de Esquí de Formigal y Astún”

El Colegio de Geógrafos de Aragón, una vez analizado el proyecto técnico, entiende que hay una clara ineficiencia e ineficacia estructural en el objeto de la propuesta del Proyecto de Interés General de Aragón “Unión de los Valles de Tena y del Aragón a través de las estaciones de esquí de Formigal y Astún” que hace insostenible el proyecto por sí mismo, sea cual sea su fuente de financiación económica.

De hecho, el proyecto implica un impacto ambiental y socioeconómico negativo sobre el territorio que contraviene el criterio de los Fondos de no causar perjuicio significativo sobre el medio ni gasto en proyectos no sostenibles.

Todo ello motiva el presente:
PRONUNCIAMIENTO DEL COLEGIO DE GEÓGRAFOS EN ARAGÓN SOBRE EL PROYECTO DE INTERÉS GENERAL DE ARAGÓN “UNIÓN DE LOS VALLES DE TENA Y DEL ARAGÓN A TRAVÉS DE LAS ESTACIONES DE ESQUÍ DE FORMIGAL Y ASTÚN”

El Colegio de Geógrafos en Aragón suscribe el siguiente pronunciamiento desfavorable sobre el Proyecto de Interés General de Aragón (PIGA) “Unión de los Valles de Tena y del Aragón a través de las estaciones de esquí de Formigal y Astún al objeto de que los poderes públicos de la Comunidad Autónoma de Aragón paralicen el procedimiento administrativo vinculado al presente Proyecto de Interés General de Aragón.

Pincha aquí para descargar el informe oficial completo

Leer más

Layout A2 (combined with B)

Layout A (with pagination)

Informe completo (y demoledor) del Colegio de Geógrafos en Aragón sobre la unión de Astún y Formigal por Canal Roya

Fuente: Colegio de Geógrafos en Aragón

 

Pronunciamiento del Colegio de Geógrafos en Aragón sobre el Proyecto de Interés General de Aragón “Unión de los Valles de Tena y del Aragón a través de las Estaciones de Esquí de Formigal y Astún”

El Colegio de Geógrafos de Aragón, una vez analizado el proyecto técnico, entiende que hay una clara ineficiencia e ineficacia estructural en el objeto de la propuesta del Proyecto de Interés General de Aragón “Unión de los Valles de Tena y del Aragón a través de las estaciones de esquí de Formigal y Astún” que hace insostenible el proyecto por sí mismo, sea cual sea su fuente de financiación económica.

De hecho, el proyecto implica un impacto ambiental y socioeconómico negativo sobre el territorio que contraviene el criterio de los Fondos de no causar perjuicio significativo sobre el medio ni gasto en proyectos no sostenibles.

Todo ello motiva el presente:
PRONUNCIAMIENTO DEL COLEGIO DE GEÓGRAFOS EN ARAGÓN SOBRE EL PROYECTO DE INTERÉS GENERAL DE ARAGÓN “UNIÓN DE LOS VALLES DE TENA Y DEL ARAGÓN A TRAVÉS DE LAS ESTACIONES DE ESQUÍ DE FORMIGAL Y ASTÚN”

El Colegio de Geógrafos en Aragón suscribe el siguiente pronunciamiento desfavorable sobre el Proyecto de Interés General de Aragón (PIGA) “Unión de los Valles de Tena y del Aragón a través de las estaciones de esquí de Formigal y Astún al objeto de que los poderes públicos de la Comunidad Autónoma de Aragón paralicen el procedimiento administrativo vinculado al presente Proyecto de Interés General de Aragón.

Pincha aquí para descargar el informe oficial completo

Leer más

En honor de la libertad de expresión y por un periodismo independiente

Texto original: Carlos del Pueyo

Ilustración: Atilio Borón

Hay una conocida máxima periodística, atribuida por error a Orwell, que viene a decir que “Periodismo es lo que se publica y molesta a alguien; todo lo demás es propaganda o publicidad”. Hoy, además de la Santa Cruz es también el Día Mundial de la Libertad de Prensa o de la Libertad de Expresión y, además, de algún tipo de salud mental; viendo adonde está llegando el periodismo actual, esta última coincidencia no debe ser por casualidad… Actualmente, el periodismo retrocede a pasos agigantados mientras la propaganda (basura, añadiría yo) avanza que es una barbaridad…

La primera referencia original de esa rápida y escueta pero precisa definición de periodismo aparece, por primera vez, en 1918, firmada por L.E. Edwardson, periodista norteamericano del “Chicago Herald”. El mundo anglosajón en esto del periodismo nos lleva años de ventaja. Otra importante referencia, que aparece en 1930, es del poderoso editor californiano William Randolph Hearst, que dice, en un discurso: “Cuando un hombre quiere mantener algo fuera del papel es una buena noticia, cuando lo quiere publicar es propaganda o publicidad”.

Más adelante, el prestigioso periodista británico Brian Roberts, editor nocturno (lo que en España llamaríamos redactor jefe de cierre) del “Daily Telegraph” y, posteriormente, editor (director para nosotros) del “Sunday Telegraph” de Londres, hace referencia, en una carta publicada en 1953 por “The Journal”, histórica publicación dedicada al periodismo y dirigida a periodistas, a la máxima de Hearst, al escribir: “El trabajo de la Prensa es obtener noticias y, como dijo una vez William Randolph Hearst, noticia es algo que alguien querría suprimir”. En 1959, Roberts insiste con una nueva versión sobre la máxima periodística, durante una intervención pública en Ohio: “La publicidad es lo que alguien quiere publicar en el periódico; la noticia es lo que alguien quiere mantener fuera”.

Desde Lord Northchiffle, considerado uno de los maestros del periodismo en la segunda mitad del siglo XX, a quien se le ha arrogado la definición en pleno parlamento británico, hasta Katharine Graham, la legendaria editora del Washington Post, pasando por el célebre escritor George Orwell, una numerosa pléyade de ilustres gentes relacionadas con el periodismo han ostentado, en algún momento, la paternidad de tan rigurosa y sucinta definición del periodismo, oficio que soporta, o debería soportar, la mayor responsabilidad sobre la libertad de expresión, máxime de su puesta en práctica. Aunque la realidad, una vez más, y seguro que muy a su pesar, nos estropea un buen titular…

Nunca olvidaré como, mientras era director de un periódico regional, cuando el siglo XX respiraba sus últimos estertores y el XXI amanecía con sus primeros albores, en un mismo día recibí las llamadas consecutivas del gobernador civil (PSOE), presidente de la Junta (PP), presidenta de la Diputación Provincial (CDS) y alcalde (PP), cada uno protestando por “lo suyo”. Bajé a la Redacción del periódico, reuní a todos los periodistas y les dije: “¡Chicos, a seguir así que lo estamos haciendo muy bien, vamos por el buen camino!!...” y me acordé de la definición de Edwardson sobre el periodismo, casi un siglo antes…

Fui también varios cursos profesor de Redacción Periodística en la Facultad de Periodismo pero me llenó mucho más, de verdad, ser profesor en el Instituto Fray Luis de León, también en la Universidad, de una asignatura que se titulaba nada menos que “Libertad de Expresión y Derechos Humanos” porque eso debería ser, en realidad y con todas las consecuencias, la libertad de expresión: un derecho fundamental, extremo que mucho me temo que, entre todos, todavía no hemos terminado de conseguir…

A pesar de la enriquecedora evolución del periodismo hasta nuestros días, pasando por el denominado “nuevo periodismo”, tendencia en la que literatos de primer orden revolucionaron, convulsionaron y reconvirtieron al periodismo tradicional en algo más entretenido, divertido y humano, con aportaciones tan destacadas como los ensayos de Tom Wolfe, los libros testimoniales del argentino Rodolfo Walsh, con la publicación en 1957 de “Operación Masacre”, las novelas de Truman Capote, como “A sangre fría”, o títulos como “Los hijos de Sánchez” de Oscar Lewis, obras todas ellas que incluyen una áspera pero certera radiografía social, muchas de las cuales fueron llevadas al cine y todas ellas, desde luego, significaron un magnífico exponente de la libertad de expresión. Todavía quedan muchos pasos por dar y muchos peldaños por subir.

Durante las últimas décadas, el periodismo (o la libertad de expresión) se está viendo las caras, complicándose más la existencia, con otros factores influyentes que determinan el rol humano en una sociedad tan tecnológica como la actual pero que no deja de ser, precisamente, la era de la información y de la comunicación por excelencia. La Inteligencia Artificial o el metaverso representan auténticas amenazas, según reconocen los expertos, para esa anhelada objetividad periodística.

¿Cómo pueden los editores detectar el sesgo en un algoritmo?, ¿cómo puede ser corregido un error de un generador de lenguaje natural?, ¿puede la Inteligencia Artificial conocer qué es de interés periodístico?...

El periodismo tendrá que luchar contra esos nuevos protagonistas del mundo de la comunicación, peleándose también entre el impulso disruptivo y la economía de la suscripción madura, entre otras cuestiones. Lo que es evidente, cuando celebramos el Día de la Libertad de Expresión, es que todos estos cambios técnicos y sociales, así como una improcedente y desmedida polarización ideológica, han producido una erosión grave en la confianza sobre los medios de comunicación. El periodismo sin confianza no es nada; es como si al coche lo dejas sin gasolina… Y todo ello, sin duda, amenaza a la Libertad de Prensa de toda sociedad democrática y, en consecuencia, a su libertad de expresión.

Todos estos elementos añadidos no ayudan nada mientras caciquillos sectarios, incultos y analfabetos, persisten en controlar a los medios de comunicación a golpe de talonario con ese dinero que no es de nadie sino de todos los ciudadanos, el erario público, de esos mismos ciudadanos que deberían ser quienes disfrutaran de la libertad de expresión, siendo tanto los emisores como los destinatarios principales de esa libertad de Prensa, de ese periodismo cuya primera misión, aunque parece que se haya olvidado, es estar al servicio de la sociedad en la que vive.

Actualmente, ni los periodistas ni los medios pueden convertirse en cómplices de la mediocre, pobre y retrógrada política que nos rodea sino todo lo contrario, deben denunciarla y combatirla con el trabajo periodístico objetivo, profesional e independiente. Solo así servirán a la libertad de expresión y al progreso de su sociedad. Mientras tanto, ¡¡Viva la Libertad de Expresión, viva la Libertad de Prensa y viva el Periodismo Libre!!..

 

#LibertadDeExpresion

#LibertadDePrensa

Universidad de Salamanca

Universidad Pontificia de Salamanca

FEDERACIÓN DE ASOCIACIONES DE PERIODISTAS

Colegio de Periodistas

Asociación de Periodistas de Aragón

Leer más

"Un proyecto sin pies ni cabeza"

Foto: Álex Puyo Abadía

 

Os presento a la Canal Roya y, aprovechando mi insomnio, os voy a hablar de ella para no ser cómplice con mi silencio de su destrucción.
Este pequeño valle es una maravilla de la naturaleza, la geología, la historia y la biodiversidad. Se ha conservado sin infraestructuras humanas (más allá de la presencia funeraria megalítica en la prehistoria) desde siempre, pero tiene una amenaza.

Ubicada entre las estaciones de esquí de Formigal y Astún, va a ser atravesada por una telecabina que una ambos complejos.
Este proyecto de unión de estaciones es muy antiguo, lo llevo escuchando como amenaza toda mi vida. Sin embargo, la inversión necesaria de veintitantos millones de euros hacía descartar por inviable esta aberración.

La llegada de fondos Next Generation para (¡atención!) desarrollo sostenible ha hecho que Ibercaja y las familias Yarza, Forcén, Alierta y Soláns en la sombra y públicamente sus brazos mediáticos e institucionales (Gobierno de Aragón, FAM y Heraldo de Aragón) aplaudan las bondades del proyecto.

En sus palabras, atravesar el valle con una telecabina de casi 5 kilómetros es beneficioso para la economía y pondrá a la unión de Candanchú, Astún y Formigal como uno de los dominios esquiables más grandes del mundo.

Como esquiador y como persona medianamente crítica no puedo imaginar a nadie que se crea esta patraña. Todos sabemos que aquí lo que cuenta es que los intereses de estos grupos y sus cómplices se beneficien, como han hecho en múltiples ocasiones, de la construcción de viviendas y de la obra pública.

La suma de estaciones no aumenta los kilómetros esquiables y nadie pierde tiempo en cruzar valles alejados para esquiar con las mismas condiciones.

La nieve es un sector estratégico en Aragón, pero nunca ha sido un negocio y cada año tiene peor pinta dada las escasas condiciones de innivación y las negras previsiones.

La gestión de las estaciones de Aramón (formada a partes iguales por Ibercaja y Gobierno de Aragón) arrastra una deuda millonaria sufragada año tras año por una de las partes, te dejo que adivines cuál.

Cuando en Europa descubran a qué han ido destinados los fondos Next Generation y haya que devolver las ayudas también te dejo que adivines de dónde saldrá la pasta.

En fin, que no solo es un proyecto sin pies ni cabeza como tantos que hemos conocido en esta tierra, sino que se va a llevar por delante uno de los valles vírgenes que quedan en el Pirineo. Quiero pensar que la concienciación social hará que se descarte esta barbaridad. Ojalá sea así.
#salvemoscanalroya

Leer más

Varios guías de montaña abandonan la Asociación Turística Valle de Tena, por su postura ante el caso de Canal Roya

Por Paola Cabistany, Marta Gozálbez, Víctor Hernández, Pirineos Blancos, Guías de Montaña y esquí SCP (Javier Torrecilla y Miguel María Delgado), Jordi Richart, Daniel Gracia (Guías Piedrafita) y Alfredo García (Tena Vertical)
Foto: Ojos pirenáicos

 

El pasado mes de marzo el presidente de la Asociación turística Valle de Tena, Jesús Pellejero, envió un comunicado a los medios de comunicación manifestando el apoyo de la Asociación Turística Valle de Tena al proyecto de unión de estaciones de Astún y Formigal.

El día 24 del mismo mes este comunicado fue publicado por algunos medios de comunicación y fue en ese momento en el que muchas de las empresas socias de la citada Asociación (guías de montaña, algunos autónomos y otras empresas de turismo activo) nos enteramos de esta posición ya que este tema no se había tratado ni debatido en la asociación.

Ante el asombro y consternación de que se hablase en nuestro nombre, se pidió explicaciones a la Junta Directiva. A raíz de esto y de la demanda general de los socios de debatir el asunto, la junta directiva convocó una asamblea extraordinaria para el día 18 de abril en cuyo orden del día aparecía como punto único la toma de postura de la Asociación turística Valle de Tena respecto al proyecto de unión de estaciones Astún-Formigal. Además, en la convocatoria se especificaba que previamente a la votación sobre la toma de postura, la empresa socia Aramón Formigal Panticosa se ofrecía a explicar a todos los miembros de la asociación el proyecto.

Tras recibir la convocatoria de asamblea, el día 2 de abril se publicó una nueva entrevista al presidente de la asociación en la que el señor Jesús Pellejero reitera, de nuevo, el apoyo de la asociación al proyecto a pesar de que esta postura no estaba acordada con los socios y sabiendo que estaba creando malestar en algunos colectivos asociados. 

Ante esta situación, algunos de los asociados de la Asociación Turística Valle de Tena (guías de montaña) entendemos que se ha usado nuestra representatividad para apoyar un proyecto con el que muchas personas y empresas del territorio no estamos de acuerdo. A raíz de esto, gran parte de nuestro colectivo hemos solicitado la baja de dicha asociación por dos razones:

  • Uno, no queremos formar parte de una asociación que no representa a todos sus
    asociados, usando el nombre de todos para transmitir a la sociedad el interés de
    algunos.
  • Dos, que el apoyo de la asociación de la ampliación por Canal Roya, atenta contra
    los principios éticos y medioambientales en los que creemos y seguimos en
    nuestras empresas.

Somos habitantes, guías de montaña y empresarios del Pirineo durante décadas en el Valle de Tena. Amamos la montaña y la vida rural. Estamos totalmente implicados y proactivos en el apoyo y el desarrollo del sector turístico, fomentando y participando en la creación, mantenimiento y mejora de recursos turísticos en los valles pirenaicos, incluyendo, por supuesto el turismo de nieve, del cuál somos parte como monitores de esquí y otras especialidades que desarrollamos en el medio blanco.

El Pirineo es el lugar donde desarrollamos nuestras actividades y nuestra obligación es preservar y conservar entornos como el de Canal Roya para no perder el principal valor por el que vienen las personas, que es disfrutar del medio natural y las montañas en el estado más virgen posible. Este medio no podemos modificarlo según nuestros gustos e intereses.

Nuestra obligación es cuidarlo y conservarlo y que las actividades que realicemos en ellas tengan el menor impacto posible en el paisaje y la biodiversidad.

Un proyecto como el que se plantea no nos parece la mejor manera de actuar en un entorno natural de gran valor como es la Canal Roya, no sólo por lo insostenible medioambientalmente hablando, sino porque pretende perpetuar un modelo económico de trabajo estacionario para beneficio de unos pocos en lugar de pensar en el conjunto de la población.

Por no sentirnos ni respetados ni representados por el representante de la Asociación Turística Valle de Tena, y considerando además, que son muchas las falsedades de cómo se va a desarrollar el proyecto, así como el impacto que va a tener este en el territorio y sobre todo en el paisaje y biodiversidad de la Canal Roya, las siguientes empresas/personas hemos presentado nuestra dimisión antes de la asamblea extraordinaria, en la cual no hemos participado y en la que no se ha expresado la opinión de los socios que nos hemos dado de baja.

Paola Cabistany, Marta Gozálbez, Víctor Hernández, Pirineos Blancos, Guías de Montaña y esquí SCP (Javier Torrecilla y Miguel María Delgado), Jordi Richart, Daniel Gracia (Guías Piedrafita) y Alfredo García (Tena Vertical)

 
 

 

Leer más

Las "Canales Royas" de Aragón

Fuentes: Arainfo.org
Dibujo: Pilar Iturralde

 

Bien a pesar de sus promotores, que hubieran preferido mayor comodidad mediática, el proyecto de unión de las estaciones de esquí Astún-Formigal, a través de Canal Roya, se ha colocado en el centro de la actualidad. 
La sociedad aragonesa debería estar agradecida a los colectivos ciudadanos como la Plataforma en Defensa de las Montañas y otras que reclaman la necesidad de un cambio en el modelo de desarrollo y la forma de entender la relación entre el ser humano y su entorno en una lucha desigual contra la imposición de las variadas oligarquías que, desde antes de la Época de Joaquín Costa, han convertido nuestro país en una tupida red de clientelismo. 
De forma muy similar a Canal Roya, Ribagorza tiene su propia injusticia en el valle de Castanesa sin resolver y que, ahora que la actualidad nos lleva a la Canal Roya, estaría bien unir los dos extremos del pirineo aragonés en una reivindicación solidaria por un desarrollo racional de los territorios de montaña que supere los viejos modelos que algunos viejos se empeñan en reverdecer.
 

En la mesa redonda del pasado día 15 en el Paraninfo de Zaragoza en la que se mostró en toda su crudeza la barbaridad que supone la unión de estaciones de esquí Astún y Formigal a través de Canal Roya, se pusieron apellidos a la codicia aragonesa que, desde los franquistas años 50 e incluso antes, ha movido los hilos de cuanto se mueve en esta pequeña nación que tiene nombre de río.

Cuando se habla de la unión de estaciones que, si el buen juicio no asiste a nuestros gobernantes, va  a consumir el 80% de los fondos destinados a Aragón para “generar nuevo modelo turístico alineado con los retos de sostenibilidad” y que para el gobierno de la nación deberían ser “fondos destinados a tecnologías respetuosas con el medio ambiente”, se pone de manifiesto hasta qué punto el relato dictado por las familias del régimen económico y social de esta tierra, triunfa en la opinión pública.

En una visión más global de la realidad aragonesa, la constatación de este hecho que se ponía de manifiesto en el Paraninfo, es tan importante como la propia conciencia de la brutal agresión al medioambiente y a la inteligencia colectiva que supone la destrucción de Canal Roya. La imposición más o menos culposa de una narración dictada desde las diversas élites dirigentes y la asunción menos o más culpable de una “mayoría suficiente” de la población, configura una relación de autoridad y dependencia que marca profundamente la convivencia. Alguien podría pensar que en el fondo, la evolución política y social de los últimos 60 años, puede que sea una mera apariencia encubridora de antiguas costumbres que hunden sus raíces en un tiempo sin calendario.

Y esto se palpa en casos como la explotación industrial del turismo de nieve que unas veces destruye Castanesa, enriqueciendo a unos, y otras la Canal Roya, beneficiando a otros. Como sustrato a esos “unos” y a esos “otros”, hay muchos “otros” más, que callan y otorgan mientras dan por bueno los titulares de prensa o los análisis de las televisiones que, con una profesional puesta en escena, un buen programa meteorológico y unas cuantas jotas, pasan por medios de comunicación democráticos de un mundo libre.

Hay que decir que en esta tierra nuestra de cada día, hay muchas Canales Royas. Unas, en las montañas, más evidentes; otras, en forma de plantas fotovoltaicas o eólicas de producción de electricidad; otras en forma de explotaciones ganaderas cada vez más grandes, verdaderas fábricas de grasa y dinero.

Así podríamos hablar de un buen número de negocios, con una amplia repercusión en la naturaleza, en las rentas de los aragoneses, cada vez más asimétrica y en un triste desequilibrio territorial, que crecen en el vacío de las Españas para llenar los bolsillos de las élites.

Quien lea un poco los manifiestos y publicaciones que un día sí y otro también, los colectivos ciudadanos citados intentan introducir en el imaginario colectivo, podrán dar fe de que nadie se opone al progreso y a una forma de economía de mercado razonable y racional. Nadie está en contra de las estaciones de esquí, ni de la implantación de energías renovables, ni de la ganadería intensiva como tales formas de generar beneficio y salarios que, en un equilibrio siempre complejo, constituyen las rentas empresariales y del trabajo que hace viable un contrato social razonable en Aragón.

El problema surge cuando ese equilibrio se rompe y de pronto parece abrirse una barra libre a los beneficios inmediatos sin un análisis de las repercusiones económicas, ecológicas y sociales que puede tener en el medio del que, de una forma u otra, se extraen los recursos que permiten esas rentas de unos y de otros. De esa forma, los pueblos corren el riesgo de dejar de ser lugares de convivencia para convertirse en centros de negocio para quienes diversifican sus capitales en nuevos nichos de ganancias.

Aragón es un paisaje generoso y variado en el que puede caber (casi) de todo. Caben las estaciones de esquí que deberán adaptar su oferta a los nuevos tiempos que la emergencia climática impone; caben las centrales renovables necesarias para el consumo de sus habitantes y de sus industrias sin imposiciones y sin especulación y cabe la ganadería extensiva e intensiva que permita una vida digna a sus profesionales y equilibrio entre su actividad y el territorio que la sustenta.

En todos los casos es indispensable una ordenación rigurosa que es obligación de los representantes de la voluntad popular manifestada en las urnas y que debería estar presente en todo momento de la convivencia social a través de una sociedad civil sólida, formada e informada a partir de  narraciones que tienen que ir mucho más allá de los titulares de los periódicos o las sonrisas de los presentadores de la televisión.

Lo único que no debería caber, ni en Aragón ni en ningún sitio, es el exceso. El exceso con que las élites inundan/engañan la opinión pública para justificar un desequilibrio inadmisible desde una mínima ética social. Porque lo que vemos en las estaciones de esquí, en las energías renovables o en la ganadería industrial es un ejercicio de exceso y de profundo desequilibrio, todo ello envuelto  en  marketing y con el lazo del esperpento en que se convierte la política cotidiana que elude la sociedad civil y prefiere captar clientes.

Desde estas líneas invitamos a la sociedad aragonesa a la militancia activa, porque vivir es un acto de militancia, no un mero transcurrir de los calendarios sin tiempo. Esta tierra que se asoma ya a la celebración del día de su patrón y un poco más allá al momento de elegir a sus representantes públicos, debería ser muy cuidadosa en su análisis y sus valoraciones.

Falta poco para que buhoneros de la política y trileros de las ideas, salgan a los caminos en busca de clientes con que conformar la “mayoría suficiente” que permita la perpetua continuidad de sus privilegios y prebendas prometiendo, una vez más, que gracias a ellos, todo cambiará.

Buen momento para huir del ruido.

Leer más